Si algo me ha quedado claro tras salir del cine hoy, es que espero que ninguna docta voz venga a decir aquello de: “otra vez Woody Allen”; “la típica historia alleniesca”, “una de las menores o una de sus grandes obras”… De veras lo espero, porque si algo se descubre tras ver ‘Blue Jasmine’ es que Woody Allen, aunque muchos lo nieguen, ha vuelto a reinventarse una vez más.
Siempre he disfrutado de las películas de Woody Allen y me considero gran admirador de su obra; no obstante, también hay algunas que me han gustado menos. Para zanjar el tema diré que ‘Blue Jasmine’ me ha gustado, pues no quiero centrarme en esto. Lo que realmente me ha fascinado es cómo al empezar la película y escuchar una trompeta jazzera acompañando los míticos créditos blancos sobre fondo negro, sabía que era él: aquí estaba Allen otra vez. Lo que ha pasado tras hora y media de película era Woody Allen, pero no el que esperaba.
No daré detalles porque odiaría que me los dieran a mí. Algunos ya habrán oído voces alabando a Cate Blanchett, realmente sublime en su papel; habrán oído ecos de si la película es buena y tal. Tratándose de Allen ya se sabe que siempre va a dar que hablar y que el lloviznar de críticas puede ser bastante parcial sea para bien o para mal, pues ya se sabe de las pasiones encontradas que despierta el cineasta neoyorquino.
Por lo tanto sólo puedo recomendar desde mi humilde opinión que no perdáis la oportunidad de verla. No es ‘Match Point’ pero retrata la moral occidental despiadadamente; no es ‘Manhattan’ aunque la inestabilidad emocional vaga por sus personajes. No es ninguna de sus películas otra vez, tenedlo claro, pero también os reiréis mientras descubrís a cada minuto, que la ficción mostrada en ‘Blue Jasmine’ no dista tanto de la cruda realidad contemporánea, y os daréis cuenta de que ésta no es la comedia de Woody Allen que esperabais.
&appId;
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure