Hoy es el día más triste del año, qué le vamos a hacer. Lo dice la siguiente fórmula matemática (yo no la entiendo, que para eso soy de letras):
Si nos paramos a pensarlo, la idea no es tan desacabellada, aunque fechar la tristeza siga siendo de lo más absurdo. Pero tiene su lógica, a saber:
- Es lunes, esto ya de por sí, sea el lunes que sea del año, es bastante deprimente.
- Mediados de enero, con pocas horas de luz solar y encima con una situación meteorológica de frío siberiano que hace que apetezca cualquier cosa, siempre que sea en casa bajo una manta.
- Estamos en el tramo más empinado de la cuesta de enero, y las telarañas en el monedero son ya considerables.
- Hemos empezado el régimen, con baja ingesta de calorías, precisamente los días en los que hace más frío. Con lo bueno que está un chocolate caliente con un bollo…
- Hemos vuelto a fumar, el propósito de año nuevo se ha venido abajo en 5 días.
- El gimnasio está demasiado lejos, es demasiado cansado, hace demasiado frío, hay demasiada gente,…, en fin, que hemos pagado la cuota para nada.
- Miramos el calendario hasta las próximas vacaciones y…. (espera, en serio falta tanto!!)
- Hemos sobrevivido (literalmente) a las fiestas navideñas con sólo algunos rasguños y nos hemos vuelto a instalar en la rutina trabajo-cole-casa-trabajo-cole-casa,….
La verdad es que lo tiene todo este 16 de enero para ser de lo más deprimente, pero fuera del tono irónico del post, no creo que poner fecha a cuándo estaremos más tristes de manera predeterminada sea ventajoso para nadie. Si aceptamos que las expectativas que generamos, muchas veces se cumplen, más vale que nos hubiésemos quedado en la cama esta mañana.
nuestra actitud conlleva un buen tanto por ciento de lo que nos ocurre cada día, por qué malgastarlo con pensamientos negativos.
Intenten ser felices, a pesar de ser blue monday.