Después de mi entrada del otro día sobre qué comen realmente los bebés, me he dado cuenta de que muchas familias tienen una gran preocupación por el consumo de frutas de sus bebés y niños pequeños. Y rascando un poquito en las estadísticas y datos al respecto, es como para estarlo, ya que todo parece indicar que el consumo de frutas y verduras en los niños y adolescentes españoles es demasiado bajo. Los menores españoles toman 90,4 gramos diarios de verduras, según este estudio 0_0. Sin embargo, el consumo diario de zumos y bebidas refrescantes en preescolares es preocupantemente alto: 388 ml/ día (740 en adolescentes). Mientras tanto, otros estudios alertan del elevado consumo de alimentos con azúcares y golosinas detectados en estudiantes. Así pues, parece que los niños españoles apenas consumen 100 gr de fruta y verdura al día, ingesta que se ve superada por el consumo de zumos y refrescos azucarados y de otras golosinas.
Así que os dejo aquí una pequeña guía de consejos que os pueden resultar útiles sin intentáis que vuestros hijos coman fruta. No son infalibles, ni son los únicos que hay, ni garantizan un resultado 100%, pero visto el panorama anterior, cualquier intento de mejora es bueno.
1. Predica con el ejemplo. Nunca me canso de decir esto en los talleres de BLW. La herramienta más poderosa de aprendizaje en el bebé es la imitación. Si sus padres comen fruta, ellos comerán fruta. Además, en una familia en la que el consumo diario de fruta es un hábito, el bebé se habrá familiarizado con estos sabores en el útero (en el último trimestre tragan cerca de 500 ml de líquido amniótico al día) y a través de la leche materna. De nada sirve decirle a tu hijo que se coma una fruta si tú nunca la tomas de postre ni en ninguna otra comida del día. De nada sirve intentar explicarle que es muy saludable si tú te hinchas a postres lácteos azucarados en la hora del postre.
2. Haz que la fruta esté visible en tu hogar. Si la fruta está guardada en la nevera o en armarios fuera de la vista, será más difícil recurrir a ella cuando buscas un postre o un tentempié rápido. Hazte con un buen frutero y almacena la fruta en la cocina, a la vista. De esta manera, multiplicarás los momentos y oportunidades de consumir frutas. Mantenlo bien surtido, claro.
3. Mantener al alcance de los niños. No solo hay que tener fruta a la vista, si no también al alcance de los niños. Un carrito con cestas, es una buena alternativa. También colocar el frutero en una mesa accesible para los peques o tener un plato con algunas frutas en un lugar más a su alcance. Igual que con el apartado anterior, cuanto más a mano esté la fruta, más fácil y accesible será su consumo para todos los miembros de la familia.
4. Elige bien donde comprar la fruta. No hay nada más frustrante que gastar dinero en fruta y llegar a casa y encontrarnos con que o está medio pocha o dura como una piedra. Si la fruta está sosa y dura, comerla dejará de ser un placer y se convertirá en una obligación. Si está pasada, la podrás aprovechar para algún batido casero, pero poco más. Es importante tener localizado un lugar cercano donde tengas acceso a fruta a un precio asequible y de calidad. Tener una "relación cordial" con tu frutero de confianza también es importante, ya que nadie mejor para aconsejarte las frutas que están en su mejor momento y las que es mejor no comprar.
5. Fruta de temporada. Siempre es mejor elegir frutas y verduras de temporada. Así nos aseguramos de que están en su momento justo de maduración y de que no llevan semanas metidas en una cámara. De este modo, será más jugosa y apetecible.
6. Variedad. Aunque sea importante consumir frutas y verduras de temporada, hoy en día disponemos de una amplia variedad de frutas de importación o de invernadero durante todo el año. No hay nada más aburrido que pasarse un invierno comiendo solo naranjas, manzanas y peras. Aprovecha y date un capricho con un mango jugoso, unos arándanos en febrero o un melón de importación.
7. Fácil de llevar. Cuando salgas de casa con tus peques, intenta llevar siempre alguna fruta como tentempié, mejor que zumos industriales o bollería. Una manzana, una pera o un plátano no necesitan nada más que lavarlas en casa y meterlas en alguna bolsita de plástico dentro del bolso. También puedes recurrir a estas frutas como almuerzo para el cole. Mis hijos además de las básicas fáciles de llevar también suelen recurrir a un tuper con fresas o con un persimón pelado y cortado en cuartos como almuerzo.
8. Hazlo atractivo. Hay muchas maneras de presentar la fruta de manera atractiva sin necesidad de invertir horas y horas en dibujar paisajes con uvas y plátanos. Un plato de fruta variada cortada de maneras diferntes y colocada en círculos concéntricos es atractivo para cualquier peque. Las brochetas también son rápidas y sencillas y no requieren más inversión que la de los palitos. Un melón cortado a la mitad y usado como recipiente para poner bolitas de fruta es otro top hit entre el público infantil. Os contaré un secreto. En el pasado cumple de Erik (2 años), todos los invitados de entre 2 y 13 años de edad se quedaron extasiados con la "mesa dulce" de fresas bañadas en chocolate negro, brochetas de fresa y plátano con chocolate y vasitos de fresas con nata.
9. Batidos (smoothies) sí, zumos no. Los batidos de fruta (fruta triturada) o smoothies caseros tienen todas las ventajas de la fruta ya que tienen toda la fibra de la fruta. Obviamente, mejor si son caseros y recién hechos. Además, puedes aprovechar para introducir algo más que fruta. Zanahoria o pepino funcionan fenomenal en este tipo de batidos... Y qué te voy a contar de los famosos "batidos verdes", cuya base principal es la fruta. En cambio, los zumos (aunque sean naturales) es mejor evitarlos, porque contienen todo el azúcar de la fruta pero nada de su fibra, por lo que nuestro organismo los procesa de manera completamente diferente a la fruta. Obviamente, si estamos un día fuera de casa, mejor un zumo de naranja natural que una fanta. Pero recordad ese consumo de más de 300 ml diarios de zumos y bebidas azucaradas en preescolares.
10. Manipulación. Deja que tus hijos manipulen la fruta. Que pelen las mandarinas, que te ayuden a trocear las fresas. Deja que muerdan la cascara (siempre que esté bien limpia) y que disfruten tocando, apretando, extrujando, chupeteando, aprendiendo texturas y experimentando libremente. Quizás sea un poco más sufrido al principio y tengas que andar detrás de ellos limpiando y cambiándolos tres veces al día de ropa, pero a la larga casi seguro que compensa.
Estos son los míos. ¿Y los tuyos? He de confesar que en casa la fruta la comen divinamente, sin embargo con las verduras hay más problemas. Intento ponerme zen y aplicar la filosofía Basulto (¡Qué grande eres Julio!) y me consuelo pensando que si mis hijos me ven comer y disfrutar con la verdura, más tarde o más temprano se darán cuenta por si mismos de que no está tan mal. En el fondo, yo de pequeña tampoco recuerdo comer tanta verdura. En fin, que si tienes consejos para mí, yo encantada de recibirlo.