Imaginaros la historia (que es prácticamente real).
El CEO de Mercedes Benz se ha retirado hace poco. Acude a la oficina en su último día de trabajo. Todo son abrazos y sentimientos agridulces de tristeza por quién se va, y de alegría ante su futuro como retirado.
Y lo que ha hecho BMW es absolutamente brillante.
No quiero hacer spoiler, pero no os va a dejar indiferentes.