El 60% de las construcciones de viviendas y edificios públicos en capitales de provincia en Bolivia, tienen una antigüedad de al menos 50 años. La falta de recursos económicos para construir o refaccionar estas estructuras o el abandono a las que están sujetas por efecto de la migración, hacen de estos sitios los de mayor riesgos para la integridad física de las familias que las habitan.
También es cierto, que en ciudades capitales de Departamento con el objetivo de preservar el patrimonio histórico, se han dado a la tarea de refacción o refuncionalización, que de alguna manera, el uso de nuevos materiales disminuye el alto riesgo que significaría en situaciones de movimientos telúricos de magnitud.
Es importante promover una cultura de prevención de riesgos, que tiendan al mejoramiento de las estructuras patrimoniales o en su defecto una norma para la reconstrucción con materiales nuevos y seguros.
La creación de unidades para la reducción de riesgos en municipios también aplica a las normas y reglamentos para construcciones que son de alto riesgo para los habitantes.