Revista Cultura y Ocio

Bob Dylan, un nobel de literatura a la carrera

Por Igork

Bob Dylan no está, los del Nobel no le han podido comunicar aún la buena noticia. Quizá deberían preguntarle al viento dónde está Dylan. Los revuelos están bien, hacen que la gente (y yo) se interesen por algo. Le han dado a un músico el Nobel de Literatura. Llevo años pensándolo, ¿quién es el mejor músico de rock de la corta historia del rock? Para mí, Bob Dylan. Hay otros grandes, pero ninguno que coincida tanto con mi propia visión de lo humano como Bob Dylan, así que me gusta dos veces. Pero es un músico. En cualquier caso, la polémica está ahí, y como tal es una poderosa herramienta de promoción…, del propio premio Nobel de Literatura.
Bob Dylan, un nobel de literatura a la carrera

Al final del escrito dejo la letra de una canción de Dylan, Like a rolling stone, una de sus mejores piezas. La letra está bien, de hecho me gusta muchísimo. Y enlazada con la música, una genialidad. Pero a palo seco la letra no le llega ni a la suela de los zapatos que calzaba Juan Ramón Jiménez cuando era un poeta recién casado.
De todos modos, agradezco la polémica con la literatura. Hace pensar. Y agradezco los Nobel, que han tenido enormes aciertos: descubrí la poesía de Tranströmer o Szymborska tras ser galardonados. También los Nobel de Literatura han cometido injusticias incomprensibles, como no premiar al que para mí es el mejor poeta del siglo XX, Ted Hughes, o dejar fuera del galardón a algunos de los mejores narradores del siglo pasado y otros como Sándor Márai, Louis Ferdinand Céline o Tolstoi, aunque muriera en los albores del XX. A Proust tampoco le dieron de comer, aunque no sé si ya existía el premio. A Jorge Luis Borges lo dejaron fuera. Es como dejar fuera a Honda en los campeonatos de motos. Ni premiaron al pobre Kafka ni al solitario Pessoa. Estoy por quitar la canción de Bob Dylan (¿no había otro Dylan que no estaba mal, llamado Thomas?) y poner en su lugar “La vida es una tómbola”. No, va, que Like a Rolling Stone es una maravilla.

Hubo una vez un tiempo, en que te vestías tan elegante,
tirabas monedas de 10 céntimos a los vagabundos 

en tu juventud, ¿verdad?
La gente te llamaba, diciendo:
"ten cuidado muñeca, te vas a caer"
Tú pensaste que todos estaban bromeando,
solías reírte de todo el mundo
que pasaba el rato. Ahora, no hablas tan alto,
ahora, no pareces tan orgullosa
de tener que estar gorroneando tu próxima comida.
¿Cómo sienta?
Cómo sienta estar sin un hogar,
como una completa desconocida,
como una piedra que rueda (cuesta abajo).
Has ido a la mejor escuela, está bien, Srta. Solitaria,
pero sabes que solo solías emborracharte,
y nadie te ha enseñado nunca cómo vivir en la calle.
Y ahora, te das cuenta
que vas a tener que acostumbrarte a ello.
Dijiste que nunca llegarías a un acuerdo
con el misterioso vagabundo, pero ahora te das cuenta
de que no está vendiendo coartadas,
mientras miras fijamente dentro del vacío de sus ojos,
y le preguntas, ¿quieres hacer un trato?
¿Cómo sienta?
Cómo sienta estar por tu cuenta,
sin un rumbo a casa,
como una completa desconocida,
como una piedra que rueda.
Nunca te diste la vuelta para ver los ceños fruncidos
de los malabaristas y los payasos,
cuando todos se rebajaban y hacían trucos para ti.
Nunca entendiste que no está bien,
no deberías dejarte en manos de otra gente
para divertirte (para ser feliz.
Solías montar en el caballo cromado
con tu diplomático,
que llevaba sobre sus hombros, un gato siamés.
¿No es duro cuando descubres que
él no estaba al nivel (que te creías),
después de que te quitara todo lo que pudo robar?
¿Cómo sienta?
Cómo sienta estar por tu cuenta,
sin un rumbo a casa,
como una completa desconocida,
como una piedra que rueda.
La princesa en la torre, y toda la gente guapa,
beben, pensando que ya lo tienen hecho,
intercambiando toda clase de regalos y cosas preciosas,
pero mejor que levantes tu anillo de diamantes,
nena, mejor que lo empeñes.
Solías estar tan entretenida (te divertías)
con el Napoleón en harapos y el lenguaje que solía utilizar.
Vete con él ahora, te llama, no puedes negarte,
cuando no tienes nada, no tienes nada que perder,
ahora, eres invisible,
no tienes secretos que esconder.
¿Cómo sienta?
Cómo sienta estar por tu cuenta,
sin un rumbo a casa,
como una completa desconocida,
como una piedra que rueda.

Bob Dylan - Como una piedra que rueda
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