En principio es bien conocido que Bob Mankoff es el editor de la sección de humor del New Yorker. También es el autor de columnas semanales (Fom the desk of Bob Mankoff) sobre esa misma sección. A veces acierta en el humor, aveces resulta pretencioso y autoindulgente en sus comentarios.
Desde hace dos semanas ha publicado (Of Tweets and Toons y Of Tweets and Toons: The Sequel) unos breves e interesantes comentarios sobre las viñetas en las que el pie se reduce a declaraciones más o menos solemnes o ingenuas de alguno de los personajes que figurna en el dibujo.
Mankoff relaciona esas declaciones con las que a veces aparecen Twitter, observando cómo la constricción de los 140 signos puede generar humor, sobre todo a través de la figura retórica del oximoron, que viene a ser una contradicción en los términos, un absurdo:
(...) Constraints free you? Seems like a contradiction in terms, but that is exactly what appeals to Jarosinski. Here’s how he describes his tweeting strategy: “You’re trying to find a way to state contradiction.” And contradictory statements, stated in the right way, are funny. That’s what oxymoronic humor is all about. (...)
Suelen ser viñetas en las que el elemento principal, dice Mankoff, es la declaración. Y lo razona tras haber experimentado poniendo la declaración en Twitter (con seudónimo) y estudiando el efecto. Así entiende que sucede, por ejemplo, con una de las viñetas que incluye en su columna:
De todos modos, la imagen, el movimiento corporal la expresión facial de los personajes, el que declara y el que eschucha, no es indiferente para lograr el efecto oximorónico del humor.
No es aquí cuestión de discutir el ensayo de Mankoff. Mejor incluir una de sus mismas viñetas, en su habitual referencia al poder:
Aunque la declaración que uno de los personajes dice al otro tiene fuerza por sí sola, sabemos por el dibujo que Mankoff muestra la estolidez, naturalidad o ingenuidad de sus personajes y se refiere al poder político o económico, pero en claro contexto político.
La fuerza semántica de la contradicción, del oximoron, es también visual.