Los tentáculos del terrorismo llegan lejos, tan lejos como el dinero obtenido de la colosal industria del petróleo que conforma una poderosa industria del terror y de la propaganda. En España tuvimos la vergüenza de ver como una empresa señera del país patrocinador del integrismo financiaba al club más importante de la liga española, el F.C. Barcelona que lucía sin orgullo alguno el patrocinio de Qatar.
Ahora esos mismos tentáculos han apresado al Boca Juniors, equipo emblemático de Argentina, y Gabriel Ben-Tasgal lo explica de forma magistral:
Qatar es, actualmente, y junto a Irán y Turquía, un importante motor de la inestabilidad en el Medio Oriente, ya sea a través de los millones que vierte sobre los grupos extremistas (Hamás o los Talibanes) o a través de sus transmisiones en la cadena Al-Jazeera. El principado que antes era la cara moderada hacia occidente, se transformó bajo el liderazgo del actual gobernante, el Emir Tamim Ben Hamid Al-Thani en una bomba de relojería.
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