El bocio multinodular tóxico es un aumento de tamaño de la glándula tiroides, con aparición de muchos nódulos en su interior.
Algunos de estos nódulos producen hormonas tiroideas en grandes cantidades y otros no, pero, en conjunto, en esta enfermedad existe un aumento de la función del tiroides, lo que tiene como consecuencia un incremento de la cantidad de hormonas tiroideas en el organismo, esto es, una situación de hipertiroidismo.
El bocio multinodular es más frecuente en mujeres, y constituye una de las causas más frecuentes de hipertiroidismo en personas ancianas, periodo de la vida de la que es típico.
Causas del bocio multinodular tóxico
Algunas veces, en zonas geográficas donde existen muchos casos de bocio, el bocio multinodular tóxico es una enfermedad que se produce a partir de un bocio simple, que ha aparecido hace muchos años.
En este caso, al existir en el bocio simple una escasa producción de hormonas tiroideas, la glándula tiroides aumenta su funcionamiento para producir más (mecanismo de retroalimentación), y la puesta en marcha de este mecanismo durante muchos años hace que en la glándula aparezcan múltiples nódulos, algunos de los cuales ya funcionan por su cuenta, sin responder al estímulo por la TSH.
También existen bocios multinodulares no tóxicos, esto es, que no producen una situación de hipertiroidismo, pero que en determinado momento se transforman en tóxicos, y la causa de que esto se produzca se desconoce.
En definitiva, sea por un mecanismo o por otro, el hecho es que en el bocio multinodular tóxico existen, de forma característica, muchos nódulos de tejido tiroideo que funcionan de forma autónoma, por su cuenta, produciendo hormonas de forma descontrolada y escapando a los mecanismos de control que existen, en condiciones normales, entre la glándula tiroides y el resto de las glándulas con las que está relacionada.
Es esta autonomía la característica principal de esta enfermedad.
Síntomas del bocio multinodular tóxico
Síntomas derivados del aumento de las hormonas tiroideas y de su acción sobre los tejidos.
Alteraciones generales
No soportan el calor y tienen sudoración excesiva, por lo que presentan piel caliente y húmeda, con aumento de la temperatura corporal por encima de lo normal.
Aparato digestivo
Pérdida de peso y grasa corporal, con aumento del apetito, diarrea y sed. Puede predominar también la debilidad y falta de apetito, aunque es menos frecuente.
Náuseas y vómitos.
Aparato cardiovascular
Palpitaciones, pulso arrítmico y rápido, angina, soplos cardiacos, aumento de tensión arterial.
Es la clínica predominante y de más intensidad en los pacientes, pudiendo provocar insuficiencia cardiaca e, incluso, trastornos graves del ritmo cardiaco.
Sistema nervioso y muscular
Debilidad y cansancio musculares, temblor de manos.
Alteraciones psiquiátricas
Irritabilidad, nerviosismo, inestabilidad emocional, insomnio.
Piel
Picor, lesiones en las uñas, pérdida del cabello.
Aparece un bocio importante, voluminoso, que se observa a simple vista, y si lo palpamos, detectaremos gran número de nódulos de distintos tamaños y distinta dureza.
¿Cómo se diagnostica?
Suele sospecharse por la clínica de hipertiroidismo, sobre todo por las manifestaciones en el corazón, asociándose al aumento de tamaño de la glándula tiroides con los nódulos palpables, pero no en todos los casos es palpable la glándula (puede encontrarse situada dentro de la caja torácica, detrás del esternón) ni son tan claros los síntomas.
Se debe confirmar el diagnóstico con una analítica de hormonas tiroideas (aumento de hormonas tiroideas y disminución de TSH) y con una gammagrafía tiroidea en la que se observe una captación de yodo en varios focos distribuidos por la glándula.
Tratamiento del bocio multinodular tóxico
El tratamiento con yodo radiactivo es el ideal en esta enfermedad.
Con el yodo se destruirán los nódulos responsables de la situación de hipertiroidismo descontrolado en que se encuentra el organismo del paciente.
Se deben utilizar grandes dosis de yodo radiactivo, debido al descontrol en el funcionamiento que tiene la glándula y a la necesidad de que el tratamiento sea definitivo y radical, al tratarse los pacientes, principalmente, de personas ancianas.
Sin embargo, antes de comenzar con ese tratamiento definitivo hay que administrar medicamentos: fármacos antitiroideos que disminuyan la descontrolada y aumentada producción de hormonas tiroideas que posee la glándula.
Al conseguir, mediante estos fármacos, la disminución del funcionamiento de la tiroides hasta un estado normal, se evita una complicación grave, que podría llegar a producirse al administrar el yodo radiactivo: tiroiditis por radiación. Esta complicación aumentaría de forma espectacular los síntomas del hipertiroidismo, debido a la liberación masiva de hormonas, con consecuencias graves.
Así como en otras enfermedades causantes de hipertiroidismo el yodo radiactivo puede producir disminución excesiva de la función de la glándula (hipotiroidismo), en el bocio multinodular tóxico es muy rara esta complicación.
¿Cómo evitarlo?
Se evitaría esta enfermedad, en gran parte, si se hiciera un diagnóstico y tratamiento previo de las enfermedades principales que la originan al cabo de los años, que son el bocio simple y el bocio multinodular.
Debemos acudir al médico ante cualquier aumento visible de tamaño de la parte anterior del cuello, sobre todo en personas mayores que han vivido o viven en una zona geográfica donde el bocio ha sido o es muy frecuente.
Es especialmente urgente que usted consulte con su médico si, además de tener bocio, comienza, de forma brusca, con palpitaciones, con fatiga (sobre todo, cuando está tumbado en la cama), se le hinchan los tobillos o el abdomen, pues serían signos de que el corazón no funciona bien o funciona por encima de sus posibilidades, debido al exceso.