Una vez que el lugar, restaurante, vestido y demás detalles estaban en marcha tocaba centrarse en una misma.
Yo me empeñé en dejarme el pelo largo, por lo que la prueba de peinado se retrasó lo máximo, pero unos meses antes puedes ir dándote algún capricho muy de novia, que la verdad, se agradece un montón: tratamientos para el cabello, reflejos, y otros tratamientos corporales que si no consiguen dejarte perfecta, al menos te hacen sentir genial!!!
Igual que tenía claro el estilo de vestido, sabía que el peinado iría acorde al mismo, pero intentando que fuera lo más natural posible.
El pelo suelto fue mi primera opción, nunca he sido de recogidos...
Pero en la prueba del vestido me pedía a gritos que llevara el pelo recogido, por lo que busqué alternativas de recogidos, de estilo vintage:
Hicieron falta sólo un par de pruebas para que mi peluquera (M y H) diera con lo que yo quería. Por cierto, que me lo pasé genial con ellas en la pruebas y el día de la boda: ¡Gracias Naza!
*****
Para la boda llevé el pelo castaño, muy parecido a mi color natural y algún reflejo dorado para darle movimiento. ***
Y aquí os presento el producto del que os hablaba la semana pasada y que forma parte de un estudio de opinión de TRND:
Un tinte sin amoniaco, con un aroma muy agradable, que ha dejado mi pelo muy brillante, y que además tiene una aplicación muy sencilla.
***
¡¡Feliz domingo!!
Gogo.