Es habitual que las bodas sean en primavera o verano pero, en los últimos años, bien porque es más barato celebrarlo o porque no se quiere estar condicionado a las fechas que queden libres, son más las parejas que eligen casarse en otoño o invierno.
Si os soy sincera, si tuviera que casarme ahora, elegiría hacerlo en invierno porque me encanta el ambiente, los ramos y los vestidos de novia de invierno.
También, las invitadas se ven con un extra de elegancia durante la época de frío.
Y, como no, el románticismo de la decoración para estas bodas de invierno.