Suena raro lo de boda boda tropical en Zaragoza, pero os prometemos que las temperaturas y el calor de aquel día de julio del 2017 eran casi tropicales. Y había piñas, flores tropicales y flamencos everywhere, así que se vale lo de boda tropical!
Clara y Luis se conocieron mientras trabajaban en la Expo 2002 de Zaragoza. Allí hicieron un grupo de amigos muy majetes que fueron parte importante de su boda. Y no se dijeron estas palabras en la ceremonia, pero bien podrían haberse dicho: “Que lo que Fluvi ha unido, que no lo separe nadie!”
En la hemeroteca del Heraldo de Aragón hay un ejemplar de un periódico de aquel año con un reportaje sobre “Parejas que ha unido la Expo” en el que salen Clarita y Luis con cara de niños cogidos de la mano, y ese ejemplar fue una de las sorpresas que tuvieron en la boda.
Y esto de la Expo no tenía nada que ver con el momento tropical que eligieron para la deco de su boda, pero que más da, cada uno hace en su boda lo que le da la gana, por lo menos es lo que defendemos en Bodas de Cuento. Y si quieres una boda tropical en Zaragoza, no hay más que hablar; lo hacemos y ya vemos.
En nuestro chat de whats app Luis se comunicaba con gifs y nos partíamos de risa y Clarita es que es amor, poco más se puede decir de ella. Fueron meses muy divers, de muchas risas y búsquedas de ideas tropicalizadas, Claris quería comprar todo lo que llevase o tuviese forma de piña! Cuando vinieron a nuestra ofi a contarnos que se casaban y que nos querían en el equipo les llevamos a ver Soto de Bruil y tuvieron flechazo, les hablamos de Pauli G. Furió, de Eva Pellejero, de Mayula Flores y de otros con los que acabamos formando un equipazo para que su boda fuese lo guay que fue.
Clara se enamoró de un Otaduy y de unos zapatos color aguamarina, quiso llevar coleti el día de su boda y bailar en chancletas con el grupazo de música que contrataron (que eran bien guapos además…). Y Luis se quitó la chaqueta, se puso una gafas de piñas y dió saltos como si no hubiese mañana. Ouhyeaaaah! Que esto es mucho más que una boda, señores, esto es una fiesta.
Ese día hizo un calor del demonio, la mesa de limonadas, el córner de sombreros panameños, sombrillas y pay pais voló y el sol llenaba todo en la ceremonia y el coctel, así que buscamos un sitio resguardado en la finca para la ceremonia, y eso fue dentro (literalmente) de un sauce llorón enorme. Luego hicimos fotos allí, la luz se filtraba entre las hojas y todo estaba rodeado de vegetación y flores y era como estar en nuestro trópico particular. Risas, clicks y caloret a tope!!!
Un bañera antigua llena de cervezas fresquitas de diferentes partes del mundo para unos novios “cerveceros viajeros”, un fotomatón lleno de props tropicales y de colorines, una banda dándolo todo y haciéndonos botar, una mesa con un rincón de fotos Polaroid, una barra libre de tatuajes, un mehari en el que los novios se escaparon a hacerse fotos… y más detalles que vais a encontrar cuando veáis las fotos. Llenamos todos los rincones de flores superchachis y hasta los amenities del baño tenían elementos tropicales.
Calor y amor en esta boda tropical en Zaragoza, viendo las fotos casi podemos volver a sentir todo eso de nuevo! Las fotis son de la bonica de Paula Furió con la que nos encanta bodear y en el video estuvieron nuestros amigos de Bodas de Cine.
Recordamos como si fuese ayer la buena onda de ese día, ésta boda fue de esas que disfrutas a tope porque son divertidas y entrañables. Hala, aquí os dejamos entre piñas, flores de colores y hojas de monstera. A disfrutarlo. Asuuuucar!!!