Si hay algo que verdaderamente me gusta en esta vida, son esos dramones románticos que te dejan una huella imborrable y que hacen que te establezcas en tu propia vida un listón tan alto que es imposible que se cumpla. Típicas películas en las que el muchacho va a buscarte al embarcadero y te dice que el amor es eterno y demás pasteladas surreales que ninguna soportamos en nuestra vida real pero que en el cine nos engancha como nada. Pues esas. Bueno, a lo que iba. La cuestión es que lo que más me gusta son los momentos "happy wedding", en el que el cámara recorre a la novia de arriba a abajo sin dejarse un solo centímetro. Y es entonces cuando pienso "¿De quien será el vestido?", "Quiero casarme con él", "Lo quiero, aunque no me case nunca porque soy una triste" y así. En bucle. Te pasas toda la película poniéndote en el lugar de la tipa que está en altar.
Pero lo mío no se queda ahí. Mi nivel de frikismo por las bodas de películas va más allá. Mucho más. Tanto que tengo una lista con los diseñadores de los vestidos de novias que más me han gustado, por sí algún día tengo que recurrir a ellos (JÁ). Así que imaginaréis que lo primero que hago tras una película de estas es buscar datos sobre el vestido, y hoy quería enseñaros los que para mí son los más cuquis. Aunque ya lo digo siempre, pa' gustos los colores. Aquí los tenéis.
Kristen Stewart en Amanecer (2011)
Bella, la novia del brilli brilli (como lo llamo yo cariñosamente) se enfundó uno de los trajes más caros de la historia del cine. Yo he pasado de tragarme esto, porque si ya de por sí este mundo es surreal, imaginaros como me sentaría a mí esto... Definitivamente no me llena. Pero lo que si me llena, llama y todo es el vestido que la venezolana Carolina Herrera diseñó para el momento de la boda de "los brillantes", que sin duda, se lleva la palma. 4 meses necesitó Carolina para la creación del diseño que cuenta con 152 botones en la espalda y 17 en cada manga (tardas más en abrocharlos que en echarte el vestido por encima). Elaborado totalmente a mano con satín crepé y encaje francés de chantilly a parte de las numerosas joyas de Manolo Blahnik que llevaba incrustado en la espalda.
Pero un vestido no lo es todo, por eso la actriz remató el look con un broche que sujetaba el velo de pedrería y zafiros azules. El precio es lo más atractivo de toda esta historia. El original costó ni mas ni menos que 35.000 dolares. Posteriormente salieron a la luz algunas réplicas en Alfred Angelo por unos 799 dolares, algo mucho más asequible. Como sabéis todo lo que esta pareja haga tiene su eco en los demás mundos, por eso Mattel no se quedo quietecita y al poco tiempo ya existía en algunas jugueterías la parejita el día de su boda.
Anne Hathaway y Kate Hudson en Guerra de Novias (2009)
La película es una chorrada. Básicamente una comedia romántica más. Pero es que ellas dos son un amor. Tan diferentes, tan opuestas... Vera Wang fue la encargada de vestir a dos de mis actrices favoritas del cine actual. Kate con un vestido de lo más romántico, con una enorme falda de tul, un corpiño de encaje con escote corazón y un lazo de terciopelo gris que le estilizaba aún más la figura. El diseño pertenece a la colección de primavera 2009 de la diseñadora, pero con algunas modificaciones. Anne en el otro extremo, iba con un modelo vintage de hombros caídos en color marfil. Enterizo y entallado hasta las rodillas. Como siempre, y sin duda es lo que mejor le queda, naturalidad por encima de todo en Anne y un poco más de maquillaje para Kate.
El color en Anne fue lo que le dio más chispa al asunto porque la pobre va siempre como un poco pálida y el vestido no ayudaba... En fin, divinas. Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York: La película (2008)
Sarah Jessica Parker nunca ha sido santo de mi devoción, ni lo será, pero si hay alguien que puede ponerse este traje tan cantoso y que le de igual el mundo, esa es ella. Voluminoso, pomposo y recargado. Como ella vamos. La actriz lo llevaba para darle el "sí quiero" a Mr Big, que finalmente no le dio. Un vestido de Vivienne Westwood con combinaciones entre marfil y blanco. No nos dejamos atrás ese enorme ramo de novia ni tampoco el tocado de plumas sujetando el velo de color champagne. Exageración por un tubo por parte de Carrie. Yo sería incapaz de ponerme esto el día de mi boda, pero por lo que se ve la gente se tiraba de los pelos por uno de estos. El vestido se agotó a las horas de salir a la venta en la famosa web Net- À- Porter a un precio ya rebajado de 9.875 dolares, CASI NADA monada.
Katherine Heigl y Ellen Pompeo en Anatomía de Grey
Esto no es un clásico. Ni una película. Seguramente muchos no lo recuerden y algunos ni lo conozcan. Pero para mí ha sido uno de los grandes momentos "happy wedding" de mi vida. Soy fan incondicional de Anatomía de Grey y sin duda este es uno de los instantes más bonitos de las 8 temporadas que la serie lleva a sus espaldas. Para los que no entendáis nada de esto: Izzie (Katherine Heigl) estaba enferma de cáncer y Meredith (Ellen Pompeo) buscaba el traje perfecto para su boda. Final de la historia, Alex Karev se casa con Izzie con el vestido que Meredith le cede con alguna que otra modificación. Un diseño precioso en seda con miles de brillantes de mano de Kenneth Pool.
Tampoco puedo dejar de hablar del momento protagonizado por Sandra Oh en el papel de Cristina Yang. Borde por naturaleza con un eterno miedo al compromiso. La secuencia de la boda que no llegó a realizarse y la posterior escena quitándose la gargantilla de brillantes tan destacada. El diseño era de Nicole Miller.
Natalie Portman en Star Wars II (2002)
Este es uno de esos vestidos joya de la historia del cine. El diseño pertenece a Trisha Biggar, encargado de todos y cada uno de los trajes que Natalie Portman lució en la película, pero sin duda este es el más especial. De estilo medieval, con un corpiño muy entallado y adornado completamente por encajes, bordados y pedrerías en color marfil. Esta es otras de esas sagas que no soy capaz de verme (ni lo seré nunca), pero que tiene momentos modiles buenos para destacar.
Grace Kelly en Alta Sociedad (1956)
Cuando hablamos de los vestidos de novia y nombramos a Grace Kelly nadie recuerda aquel traje que Helen Rose diseñó para la actuación de la actriz en Alta Sociedad. Puede ser, o mejor dicho es, porque el vestido que realmente ha marcado a muchos ha sido el que Grace lució en su boda real, en la que se convirtió en Princesa de Monaco. También de Helen Rose, de manga larga, muy entallado en la parte superior y con un fajín del que se desprendía una amplia falda de copa. En la boda de Kate Middleton pudimos ver como la princesa escogió un vestido muy parecido, en este caso el diseño pertenecía a Sarah Burton para Alexander McQueen.
Audrey Hepburn en Una cara con ángel (1957)
Miss Audrey siempre será una inspiración para mi. Icono esencial en mi concepción de moda y figura predilecta para Givenchy. En Una cara con ángel la vimos con un vestido de este diseñador, de cuello de barco y con una falda de mucho vuelo. Posteriormente ha sido referencia para los diseños de Aire Barcelona. Aunque para mí el vestido de Audrey que siempre tengo en la cabeza, es el primer diseño de Givenchy para la actriz. Al principio el diseñador se resistió un poco a vestirla, porque se conocía poco (aunque vamos, quien no viera el potencial de Audrey...), pero finalmente acabó cediendo y vistió a la actriz con un vestido blanco, con bordados negros precioso. Aunque realmente no era para una boda, el diseñador a la hora de presentarlo sí lo hizo así.
Julia Roberts en Novia a la fuga (1999)
Como olvidarnos de la novia de américa y de sus plantones antes de comenzar la ceremonia. Siempre he querido ir a una boda en la que la novia se eche atrás y salga corriendo como si un mundo nuevo se abriera detrás de las puertas de la iglesia. Todo muy surreal. Cosas que no pasan en la realidad. Amsale Aberra fue el encargado de vestir a la actriz en la película durante sus plantones y este último diseño fue el sí definitivo a Richard Gere en el film.
Jennifer Garner en Los fantasmas de mis exnovias (2009)
A pesar de la naturalidad y lo simple del traje de Jennifer para la película a mí me gustó mucho sobre todo porque fue un español el que se encargó de vestirla, en este caso Manuel Mota. La industria de moda nupcial española es una de las más competentes y utilizadas del mundo.
Si pudiera hablaros de todos los que me gustan no terminaría hoy de contaros, pero bueno estos han sido mis elegidos, los que más me han marcado. Si queréis reíros un rato con una película de bodas no dejéis de ver La boda de Muriel. No pararéis, sobre todo por los estilismos de la chica. Creo que mi vida será como la de ella.
¿Con cuál os quedáis? ¿Cuál es vuestro traje de novia preferido de la historia del cine? ¡Muchos besos y hasta la próxima!
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