Interesante bodega en la zona del Mercado de San Antonio con un ambiente muy familiar, nada más entrar, se aprecia que la clientela es habitual, además los que lo dirigen son super simpáticos. Os recomendamos, si os gustan, los caracoles, pero el queso curado también está buenísimo. Además, a diferencia de otras bodegas, si quieres, te puedes sentar. Repetiremos sin dudarlo.
Manso, 52
(Barcelona)
Cerrado : sábado tarde y domingo todo el día