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El fabricante de aviones estadounidense Boeing intenta dejar atrás el fallo sufrido por su modelo Dreamliner, que le impidió volar durante tres meses, para recuperar su credibilidad y preservar su ventaja sobre su competidora, la europea Airbus.
Ambas empresas luchan por ganar los nuevos pedidos de aparatos de las aerolíneas. La europea vende más en el segmento de distancias cortas, mientras que la estadounidense domina el mercado de aviones de largo recorrido.
El 787 Dreamliner, el primer avión que está construido en un 50% a partir de materiales más ligeros que los metales, debía asentar su liderazgo. Sin embargo, el modelo, que ya había comenzado a operar con tres meses de retraso en septiembre de 2011, sufrió serios incidentes en sus baterías litio-ion y fue impedido de volar en todo el mundo durante tres meses.
Pese a que Boeing no encontró la causa del sobrecalentamiento de sus baterías, sí presentó un sistema de aislamiento que fue implementado en todas las naves antes de que fueran autorizadas para volver a volar por la Agencia Federal de Aviación estadounidense (FAA).
Boeing afirma haber pasado página, sin embargo, la aerolínea Japan Airlines dejó en tierra un 787 tras haber detectado un problema de presión en el compartimento de las baterías, informó la prensa japonesa.
Antes de este incidente, el constructor de Seattle tenía previsto hacer el vuelo inaugural de su nuevo modelo 787-9, una versión de mayor tamaño de su 787 Dreamliner con capacidad de transportar de 250 a 290 pasajeros, 40 más que su predecesor, en pocos meses.
El vicepresidente de Boeing, Mark Jenks, había expresado: “Todo el equipo del 787-9 se ha enfocado en la ejecución para que podamos cumplir con nuestros compromisos con los clientes”.
– Expectativa antes del salón de Bourget –
El modelo 787-9, que cuenta además con un mayor radio de acción que su predecesor, tiene programado su primer vuelo en el segundo semestre, mientras que la entrega inicial será a principios de 2014.
“Las dudas de las compañías aéreas sobre la capacidad de Boeing de llevar a cabo un nuevo nuevo programa dio una oportunidad de oro a Airbus, que la está aprovechando”, dijo Richard Aboulafia, experto del sector aeronáutico.
El fabricante europeo que había llegado tarde a competir con el Dreamliner con su modelo A350, se esfuerza para cumplir con los plazos de entrega, para finales de 2014, es decir, con un retraso de un año y medio, para mostrarse más fiable que su rival estadounidense.
Airbus, que quiere destacar que toma menos riesgos tecnológicos que Boeing, decidió dejar de equipar los primeros modelos A350 con baterías de litio.
La empresa con sede en Toulouse pretende hacer el vuelo inaugural del A350 antes del Salón Aeronautico de Bourget (Francia), el 17 de junio, acaparando la atención sobre los proyectos de Boeing. La mayoría de los analistas esperan que Boeing anuncie en Bourget el lanzamiento del 787-10, un modelo que podría transportar hasta 320 pasajeros.
En una presentación a la prensa en su sede de Seattle la semana pasada, Boeing destacó que la progresiva automatización de su producción va a permitirle aumentar el ritmo de fabricación y reducir costes.