Cenar en Boho Bar es como volver a aquel restaurante ibicenco con el que sueñas en invierno. Es un rincón de Mikonos recreado en el centro de Chueca, un chiringuito de Formentera al que no te cansas de volver, aunque sea en tu imaginación. Fresco, vibrante y luminoso, las recetas se basan en lo más especial de la dieta mediterránea junto con inspiraciones marroquíes o incluso, asiáticas. Un rincón en el que la mente y el cuerpo pueden fugarse a nuestros paraísos soñados.
El restaurante, propiedad de Javier Villa y Patrick Mocquard, basa su estética y su estilo en ese aire despreocupado pero muy medido que es el boho-chic. El columpio en el que balancearse con un buen cóctel, los rincones, las lámparas multicolores o el fuego que domina toda la iluminación nocturna está muy pensada por dos expertos en la hostelería, con negocios en París, Marrakech o Gibraltar (Patrick) o con 20 años de experiencia como responsable de restaurantes como NODO, Pan de Lujo , La Terraza Le Cabrera en la Casa América o La Moraga (Javier). Amigos desde hace años, han compartido amor por el exotismo de Tailandia, la magia de Marrakech o Nueva York, los colores de India o el espíritu libre y hippie de Ibiza. Materializaron su sueño en Madrid, impregnando de sus experiencias y sentimientos recogidos en cada viaje todos los rincones del restaurante, tal y como me cuenta Javier.
Boho Bar está abierto todo el día y evoluciona como la luz que entra por sus ventanales. Por el día, se abre al aperitivo, a la reunión distendida, la merienda o el afterwork. Hay platos que se pueden degustar a todas horas, sin importar la hora, para que cada uno marque sus ritmos. Por la noche, todo se ilumina con velas y cobra protagonismo una pieza única, una chimenea sobre una mesa redonda de modo que sus comensales cenan alrededor del fuego, como si estuviéramos en las hogueras de la playa. O en un bosque, si nos detenemos a mirar los árboles naturales que enmarcan la sala. Miremos a donde miremos, nos encontramos pequeñas sorpresas como los rincones aguamarina, las telas de colores o los columpios.
Si el ambiente busca fomentar la charla relajada, el buen ánimo y la conversación, la carta es otro puntal para este objetivo. Platos sencillos, fácilmente reconocibles, perfectos para compartir pero a los que se les ha dado un toque para que no dejen indiferente. Los rollitos Primavera Thai con verduras, pollo y salsa dulce thai, la ensalada rojo pasión, los tartares o el salmón teriyaki con pasta de sésamo están realmente sabroso y bien hechos, si bien mis favoritos son los pinchos morunos Ras al Hanut con pollo, mojo verde, harissa, yogurt y menta marinados en un adobo de receta propia que los hace especialmente ricos. La tarta de zanahoria en formato trufa está deliciosa y, como son porciones pequeñas, es perfecta para rematar.
Es verdad que el centro de Madrid está en constante movimiento y cada día nos sorprenden formatos nuevos. Pero Boho Bar aspira a quedarse, a sorprender y a evolucionar con las experiencias vividas. Sin duda, un sitio donde una reunión con amigos no pasará desapercibida.
Los datos: Boho Bar. Calle Colmenares 13, esquina San Marcos 38. 91 532 41 54. Horario: de domingo a miércoles, de 13h a 00:00h. Jueves, viernes, sábado y vísperas de festivo de 13:30 h a 2:00 h. Precio medio: 20-25 €. Más información en su web
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