Hay personas cuya existencia, en un momento dado, da un giro de 180 grados... Una decisión mal tomada da al traste con su vida (para nosotras, se entiende) y con la de las personas que le rodean. Y lo curioso es que, esa decisión crea precedente, y se convierte en la primera de otras muchas. En concreto, nos estamos refiriendo a una persona muy allegada a nosotras, hasta que dejó de serlo por decisión propia. Y no deberíamos preocuparnos por ella, si con su elección se alejó, que "enemigo que huye, puente de plata". Aunque, si con esa sucesión de acciones aún afecta y determina la actual realidad de las personas que compartían su vida anterior, ya no nos parece tan libre su albedrío. Nosotras somos fuertes, hemos superado adversidades de una u otra índole y seguiremos en nuestra línea. Pero esa persona sigue cayendo en picado. Sus movimientos se convierten en errores que se acumulan y crean una enorme bola que, si Dios no lo remedia, le caerá encima. A nosotras nos apena su situación, a pesar del daño que puede llegar a producir a los que más queremos. A lo que vamos, hoy la cosa va de bolas y estas, vegetales ellas, nos gustan mucho más que las que se crean con mentiras y engaños.
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¿Se os ha hecho bola alguna situación?