Bolivia, la bella nación del altiplano suramericano, inició con la asunción del presidente Luis Arce, del Movimiento al Socialismo (Mas) un período de reconstrucción nacional, luego del desastre político y socio-económico causado, en solo un año, por la dictadora neoliberal Janine Añez.
La ex senadora Añez asumió la primera magistratura en un acto sin legitimidad alguna, autorizada por la embajada de Estados Unidos (EE.UU.) luego del golpe de Estado contra el legítimo mandatario indígena Evo Morales en octubre de 2019.
Morales renunció al cargo bajo la presión de las Fuerzas Armadas y dejó libre el camino a las huestes derechistas que nunca aceptaron 14 años de progresismo y de inclusión social en el que fuera el segundo país mas pobre de América Latina, pero que alcanzó logros impresionantes bajo el mandato del MAS .
Desde que Morales y la mayoría de las principales autoridades salieron al exilio, el pueblo pluricultural boliviano mantuvo una política de resistencia que culminó con la celebración de elecciones generales el pasado dia 8, – a las que se oponían los usurpadores-. en las que el Mas se impuso de nuevo en primera vuelta con elo 55,2% de los votos ganados por el binomio Arce-David Choquehuanca.
Ni siquiera la pandemia de la COVID-19, que causó mas de 142 889 casos, de los que 17 927 son activos, 8 825 decesos hasta el pasado día 12, detuvo el ímpetu de las fuerzas progresistas, siempre en protesta en las calles y en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), en la que el Mas fue y es mayoría, según el escrutinio..
A pesar de las manifestaciones de los ultraderechistas de Santa Cruz de la Sierra y de otros departamentos históricamente separatistas, la Organización de Estados Americanos (OEA) se vio imposibilitada de repetir la maniobra política que causó la renuncia presidencial y la posterior imposición de la exsenadora neoliberal, un títere mas de EE.UU. en el contexto suramericano.
El del Mas el pasado mes resultó un triunfo limpio otorgado por el pueblo, que esperaba el momento de recuperar sus derechos. El Movimiento ganó a pesar de una fuerte campaña derechista, el respaldo de Washington, e incluso de la Organización de Estados Americanos (OEA) a la antigua senadora.
La ex mandataria impuesta por la Fuerza Armada y la Iglesia Católica está acusada, al igual que varios miembros de su gabinete, de ordenar las masacres de Sacaba y Senkata, pocos días después del golpe, en las que murieron 22 civiles y otros 198 resultaron heridos debido a la represión que ella ordenó, además de corrupción administrativa, entre otros cargos.
Las matanzas fueron ejecutadas por tropas leales al régimen impuesto, sin ninguna baja militar o policial. Los principales responsables son Añez y el ex ministro de gobierno Arturo Murillo.
La irrefutable victoria del binomio el Mas dejó sin argumentos a los opositores, que no obstante, días antes de la asunción presidencial, intentaron crear focos de violencia en varias localidades del país de predominio derechista. Aunque perdieron en las urnas, no se resignan al retorno al sistema inclusivo y humanista. Pocos dudan que le harán la guerra a Arce, como antes hicieron con Morales..
Arce, ex ministro de Economía y Choquehuanca, ex de Relaciones Exteriores, alcanzaron notables éxitos en sus respectivos campos. Con la tradicional transparencia de los sucesivos gobiernos del período Morales-Álvaro García Linera, definieron las políticas de su administración, desde antes incluso de la toma de posesión.
El pasado jueves, el mandatario anunció la promulgación de las leyes 1345 y 1346, las cuales viabilizan pagos para la asistencia social, a través del llamado Bono contra el Hambre.
“Esperamos que esto sirva (…), declaró, para poder paliar los efectos negativos que ha tenido la pandemia en las familias, especialmente en las más humildes, los que van a tener su aguinaldo, el bono de fin de año”.
Refirió que “este instrumento que estamos incorporando en la política económica puede ser muy importante para aliviar el dolor de las finanzas de nuestras familias”, las cuales recibirán 1.000 pesos bolivianos (144,5 dólares).
LECTURAS DE UNA ELECCIÓN
Que el Mas retornara al Palacio Quemado, arropado por los poderosos sindicatos y movimientos sociales tiene varias lecturas. Una muy importante, a lo externo, es su tremendo impacto político regional e internacional, dando nuevos aires al progresismo en América Latina.
Mientras ondeaba de nuevo en edificios públicos la wiphala, bandera de los pueblos indígenas prohibida por Añez, y Arce se convertía en el presidente 67 de Bolivia en los salones de la Asamblea Legislativa Plurinacional en La Paz, comenzaba un ciclo político en que la palabra de orden es rectificación de lo que estuvo mal, profundizar en los errores, y restaurar el orden económico y social alterado por Añez y su camarilla.
Arce, considerado el artífice del modelo económico que transformó a Bolivia en una de las naciones mas prósperas de la región, afirmó que establecerá ¨un sistema de poder con equilibrio, que permita trabajar en un ambiente pacífico, sin divisiones política o sociales¨, que tratan de boicotear los supremacistas del riquísimo departamento de Santa Cruz.
Los dirigentes santacruceños dirigidos por el derrotado candidato Luis Fernando Camacho se caracterizan por su política de odio contra los pueblos indígenas, a los que marginan, y a cuyos miembros ni siquiera consideran ciudadanos con derechos constitucionales.
Las tareas que acometerá el nuevo ejecutivo son arduas, pero tiene a su favor un apoyo popular mayoritario y el de la ANC que otra vez obtuvo la mayoría de los escaños.
Entre las ideas que sostuvo Arce en su toma de posesión afloró el papel golpista de las fuerzas reaccionarias y sus aliados. ¨Los sectores minoritarios, planteó, levantan la bandera de la democracia solo cuando les conviene, y cuando no, recurren a la desestabilización, a la violencia, a los golpes de Estado para hacerse del poder”.
Este criterio anuncia la imprescindible depuración en los cuerpos policiales y militares, que pronto operarán bajo una doctrina basada en el respeto a los derechos humanos, con una base amplia y democrática, que no responda al gran capital, como ocurrió durante el golpe de Estado de 2019.
Otro elemento a ejecutar con rapidez es el desarme de los grupos paramilitares que buscan desestabilizar al gobierno del Mas bajo la máscara de los llamadas tropas de choque, con presencia alta en el interior de l país.
El jefe de gobierno precisó que ¨La parte más difícil viene ahora para recuperar una vida trastornada por una dictadura que ha violado los derechos humanos en todos los ámbitos en que pueden ser violados; sanitarios, integridad física, en el acceso al trabajo, a la educación, en derechos cívicos y políticos. Ahora viene justicia por los muertos, por los humillados sanar las heridas propiciadas por un gobierno de facto que cometió atropello a los derechos de millones de bolivianos y bolivianas”
PLAN DE LA ECONOMÍA
Hay una necesidad imperiosa de que el Ejecutivo se concentre, como antes, en el desarrollo nacional, renegociar una deuda dejada por el gobierno de facto de 4 200 millones de dólares, tanto en deuda externa como interna, lo que obliga a investigar las cuentas en el extranjero de los políticos del golpe. Otro tema de suma importancia es la solución de los litigios fronterizos que perjudican la visión global de unión y desarrollo. Ampliar la estructura productiva y la matriz energética del país son asuntos también de la mayor relevancia, al igual que darle mayor participación a las bases sociales.
En el plano internacional, aún se ignoran cómo serán las relaciones con EE.UU., siempre deterioradas a partir de la intromisión de ese país en los asuntos internos de Bolivia, Bajo el mandato de Morales, los vínculos llegaron a su nivel mas bajo. Ahora el futuro dependerá, en gran medida, en la actitud que adopte el presidente electo Joe Biden respecto a sus relaciones con América Latina.
Uno de los primeros pasos dados por el presidente fue el restablecimiento de relaciones con Venezuela, cuya embajada en La Paz había sido secuestrada por un delegado del llamado presidente interino Juan Guaidó. Sus fotos, como si hubiese sido un mandatario electo, fueron al cesto de la basura y en su lugar aparecieron las imágenes de Simón Bolívar y del fallecido mandatario Hugo Chávez.
Una de las primeras medidas de Añez fue, precisamente, la ruptura de sus vínculos diplomáticos con Venezuela y Cuba. Bajo amenazas de los golpistas, cientos de colaboradores cubanos de la salud debieron abandonar Bolivia..
Luego de recibir felicitaciones de sus invitados, Arce se reunió, entre otros, con el canciller venezolano Jorge Arreaza, y el de Irán, Mohammad Javad Zarif, con el que seguramente retomará la línea de trabajo ya consolidado por Morales, sobre estrategias de cooperación para beneficio mutuo.
Economista de profesión, de alta formación académica, marxista declarado, retomará, como aseguró, la diplomacia del Mas, en defensa del multilateralismo.
Entretanto, el renunciante Morales retornó la semana pasada a Bolivia, en un clima de júbilo popular, luego de un año de asilo en Argentina. La caravana de mas de 600 vehículos llegó justo un año de su partida por Charape, cuando viajó a Buenos Aires junto a García Linera.