Pánico es la palabra que mejor define lo que sucedió en la bolsa de Santiago y en todos los mercados del mundo que reaccionaron con una impresionante ola de ventas a la decisión de S&P; de recortar la triple A a Estados Unidos. Ni las declaraciones de Obama ni las acciones del Banco Central Europeo pudieron dar calma a los mercados.
El IPSA cerró con un descenso preliminar de 6,92%, lo que supone su caída más fuerte desde el 10 de septiembre de 1998 (7,38%, cuando irrumpió, con el desfase acostumbrado el tsunami de la crisis asiática que según Morandé y Massad "no llegaría a Chile"). El selectivo que mide la variación de las 40 empresas más importantes del mercado se instaló en los 3.784 puntos, su nivel más bajo desde el 25 mayo de 2010.
Con este resultado, el IPSA acumula un retroceso de 23,19% en los que va del año lo que supone uno de los peores registros de la historia. En 2002 con la crisis puntocom, el IPSA tuvo una caída anual de 15,47%, mientras que en 2008 la rentabilidad negativa llegó a 22,13%. En 1998 con la crisis asiática, las acciones locales retrocedieron 22,63%. Esta vez, el indicador general IGPA anotó una caída de 6,01% que lo arrastró hasta las 18.367 unidades, en tanto que el Inter 10 se desmoronó 7,10% a 4.701 enteros.
La negra jornada generó una pérdida en patrimonio bursátil de más de 15.000 millones de dólares. Los Operadores señalaron que hubo una "sensación de pánico absoluto" en el mercado local, derivada de la situación internacional que acentúa los temores sobre la salud de la economía mundial. Las pérdidas más acentuadas fueron LAN (-7,45%), CAP (-7,91%), SQM (-7,09%) y Cencosud (-8,25%). La tendencia a la baja continuará en los próximos días, por lo que he detallado en este artículo: Así se desploma un sistema financiero basado en la usura y el engaño
Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización