Leyendo un artículo del Blog Cultura de El País, descubrí que metía más alimentos en la nevera de los debidos. Resulta que muchos, como los tomates, pierden sabor con el frío. Y la lista es casi infinita. Así que me puse a pensar en qué haría con todo eso que iba a sacar del frigorífico. Algunos ya los almacenaba fuera, pero el artículo mencionaba que a cebollas, ajos y papas les gusta vivir a oscuras. Así que buscando bolsas de tela para guardarlos encontré algunas muy prácticas que no me he resistido a mostrarles.