La ciudad de Nagasaki era uno de los mayores puertos del sur de Japón y era de importancia capital en tiempos de guerra debido a su incesante actividad industrial, que incluía la producción de material de guerra, navíos, equipos militares y otros materiales bélicos. Las cuatro empresas principales de la ciudad eran Steel and Arms Works, Mitsubishi Shipyards, Electrical Shipyards y Arms Plant, que daban trabajo a cerca del 90 % de la fuerza laboral de la ciudad y que eran responsables del 90 % de la industria de Nagasaki. Pese a que se trataba de una gran ciudad industrial, Nagasaki se había salvado casi por completo de los bombardeos aliados debido a su ubicación geográfica complicada para las oleadas nocturnas guiadas por radar.
En contraste con Hiroshima, en Nagasaki casi todos los edificios eran de construcción tradicional completamente en madera. Muchas de las pequeñas industrias y establecimientos comerciales también estaban emplazados en edificios de madera o de otros materiales no diseñados para soportar explosiones. Nagasaki había crecido caóticamente, sin guiarse por un plan urbanístico: las casas se construían al lado de edificios de fábricas, todas juntas. Era sin duda la receta para el desastre. El día del ataque nuclear sobre Nagasaki, cerca de 263.000 personas se encontraban en la ciudad, incluyendo 240.000 residentes nipones, 10.000 coreanos, 2500 trabajadores coreanos reclutados, 9000 soldados japoneses, 600 trabajadores chinos reclutados y 400 prisioneros de guerra aliados en un campo al norte de Nagasaki.
El bombardeo atómico de Nagasaki
La responsabilidad de lanzar la bomba sobre Nagasaki le fue encomendada al piloto Charles W. Sweeney. En un principio, el ataque nuclear estaba previsto para el 11 de agosto pero no contra la ciudad de Nagasaki, sino contra Kokura. Se adelantó finalmente la fecha al día 9 porque la previsión meteorológica era mala a partir del día 10. Se transportaron tres bombas para la base de Tinian, con la marca F-31, F-32 Y F-33 por fuera. El 8 de agosto de 1945 se realizó un ensayo general con el mayor Sweeney usando un B-29, apodado Bockscar, como avión de ataque. La bomba F-33 se usó para probar los componentes y la F-31 para la misión del 9 de agosto de 1945.
Llega el día del ataque atómico. A las 03h49 de la mañana del 9 de agosto de 1945 el Bockscar, pilotado por Sweeney y su tripulación, reciben en su bodega la bomba apodada Fat Man y salen rumbo a Kokura como objetivo principal y con Nagasaki como objetivo secundario. El plan de la misión para el ataque secundario era casi igual al de la misión del bombardeo nuclear de Hiroshima. Sweeney despegó con la bomba ya armada, pero con el sistema de protección eléctrica activado para evitar cualquier suceso imprevisto.
Cuando llegó la tripulación del Bockscar a las inmediaciones de Kokura, se encontró con grandes nubes y humo de los incendios iniciados por una gran operación de bombardeo que se había realizado el día anterior por más de 200 B-29 en la localidad vecina de Yahata. Aparte de eso, la fábrica Yawata Steel Works quemaba adrede alquitrán de hulla con el fin de producir humo negro. Las nubes y el humo se tradujeron en una cobertura del 70 % sobre el área de Kokura, oscureciendo inaceptablemente el punto de mira.
Tras realizar tres vuelos de reconocimiento sobre la ciudad y con el combustible bajando por momentos, optaron por dirigirse hacia el objetivo secundario, al resultar imposible atacar Kokura.
A las 07h50, hora local, suena la sirena antiaérea en Nagasaki, pero se desactiva a las 08h30. Sobre las 10h53 se avistaron dos B-29 ( Bockscar y The Great Artist), pero los japoneses asumieron que se trataría de una misión de reconocimiento y no se activó entonces alarma alguna.
A las 11:01,el artillero del Bosckscar, el capitán Kermit Beahan, tuvo acceso visual al objetivo del ataque. Se lanzó entonces la bomba Fat Man, con un núcleo compuesto de 6,4 kg de plutonio, sobre el valle industrial de la ciudad de Nagasaki. La bomba explotó 47 segundos después, a 503 metros de altura de la ciudad. La explosión se produjo a 3 km al noroeste del epicentro planeado: fue contenida por el valle de Urakami y una gran parte de la ciudad se vio protegida por las colinas que la rodeaban. Generó un calor de casi 4.000 °C y rachas de viento superiores a los 1.000 km/h.
A pesar de que la bomba Fat Boy era más potente que la usada en Hiroshima, el efecto no fue tan devastador por el efecto protector del valle. Ahora bien, eso no quiere decir que no hubiera terribles consecuencias. Por ejemplo, de los 7.500 operarios japoneses que trabajaban en la fábrica de municiones de Mitsubishi, incluyendo a trabajadores regulares y a estudiantes movilizados, 6.200 murieron en el bombardeo atómico de Nagasaki. Otros 17.000 y 22.000 que trabajaban en otras fábricas de armamento y de la ciudad murieron también. Las estimaciones de muertos oscilan bastante, entre 22.000 a 75.000. En los días y meses posteriores a la explosión, muchas personas fallecieron por culpa de los efectos secundarios del ataque nuclear. Debido a la presencia de trabajadores extranjeros irregulares y de soldados en tránsito, hay muchas discrepancias en el cálculo final de muertos en Nagasaki a finales de 1945: una horquilla que va finalmente entre los 40.000 y los 80.000 muertos en total.
El radio de destrucción absoluta fue de casi 1 km, seguido de incendios en toda la zona norte de Nagasaki, a 2 km al sur del epicentro de la explosión de la bomba atómica. Esperemos que nunca se repita un ataque tan brutal como este nunca más.
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