José Luis Bonet, el presidente de la Cámara de Comercio de España y de Freixenet, el mayor productor de cava, es un Quijote cuya gallardía presumiendo de su españolidad ha provocado el boicot a su producto de los independentistas catalanes, al que se le añaden otros españoles que identifican esa bebida con el secesionismo.
A Bonet, de 75 años, lo odian especialmente los independentistas “revenidos” y muchos charnegos “neonacionalistas”, cuando pocos como él proceden de familias catalanas con viñedos desde el siglo XII.
Desde que eclosionó el independentismo su publicidad navideña muestra entre burbujas el valor de la unidad, últimamente con equipos deportivos nacionales.
En todos los foros advierte que el secesionismo es un reto que daña enormemente a España, y él lo sabe bien por ser el mayor representante de las empresas nacionales en el mundo.
Y también de la que preside, que vende anualmente por algo más de 500 millones de euros y posee delegaciones en una veintena de países, en muchos con sus propios viñedos y bodegas.
El secesionismo, advierte, no viene de los catalanes, sino de los políticos que arrastran a parte del pueblo; aun así no son mayoría y, como dijo hace unos días, parte está ya separándose del separatismo.
Bonet no es solamente empresario: ha simultaneado sus negocios con el cargo de profesor titular, de los de verdad, de economía y hacienda durante 28 años en la Universidad de Barcelona.
En 2008 el rey Juan Carlos le otorgó erróneamente la grandeza de España, máxima dignidad nobiliaria, al conde de Godó, Javier Godó, presidente de La Vanguardia, en su deseo de que el periódico se alejara del independentismo.
¿Qué título u honor debería brindarle Felipe VI a Bonet por esa entrega que le pagamos con boicots?
------
SALAS
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure