Hoy os muestro otro de esos estudios pequeños con los que muchos soñábamos en nuestros años de estudiante. Con sólo 37m² tiene absolutamente todo lo que una persona necesita para vivir. Con un mobiliario sencillo, en blanco y madera, se ha dado personalidad a la vivienda con toques de color en algunos accesorios del salón y con las tres láminas – collage de intensos colores colgadas en la zona de estar y el pasillo. El resultado es una decoración fresca y juvenil, sin excesos, ni agobios, en la que la falta de metros no está reñida con la disponibilidad de espacio para vivir con comodidad y en un ambiente con mucho estilo.
Vía: Stadshem