Despedimos la semana decorativa (mañana viernes y postre!) con un piso lleno de luz y dulces rincones. Los dueños han sabido mezclar sobre un fondo puramente blanco piezas modernas y más antiguas renovadas, como la cómoda en el salón pintada en blanco o el sillón barroco dorado y verde. Aunque la verdadera joya de la casa es la cocina con acceso a un amplio y coqueto balcón que en los días en que el tiempo lo permita, se convierte en un auténtico oasis en la ciudad. Llaman la atención la pared de ladrillo visto del recibidor, el muro curvado de la cocina y el año de construcción del edificio, 1.885 increíble ¿no?
Vía: Alhvem