¡Me encanta la mermelada! Seguro que ya me habéis oído comentarlo en los 8 años que llevo ya con este blog. Mi favorita es cualquiera de frutos rojos: fresa, arándano, frambuesa... Utilizo la mermelada en múltiples ocasiones y la consumo varias veces a lo largo de la semana, especialmente con las tostadas del desayuno o la cena (cuando ceno leche con tostadas), pero también en tostas con paté, con queso, encima de un bizcocho o con yogur, me requetechifla.
He de confesar que, muchas veces, cuando la tomo pienso que me estoy atiborrando de azúcar, y es que al leer los ingredientes, el que mayoritariamente compone la mermelada es el azúcar. Uno de mis planes de cambio desde hace al menos 2 años fue reducir el consumo de azúcar, y si bien he conseguido no comer apenas chucherías varias de gominolas y caramelos, lo cierto es que en el azúcar de la comida no había recaído tanto, y este año es uno de mis objetivos. Por eso me ha encantado probar las nuevas mermeladas Bonne Maman Intense, con la misma calidad de siempre pero con una nueva receta, producidas con un 30% menos de azúcar y más fruta, manteniendo su auténtico sabor casero y su elaboración tradicional.
Está disponible en seis sabores: fresa, frambuesa, arándanos, melocotón, naranja amarga y albaricoque. Una vez abiertas, se conservan refrigeradas en la nevera hasta 3 semanas. ¿Ya las habéis probado? Yo he tenido ocasión de probarlas y confirmo que me han encantado, el sabor es tan bueno como siempre, y además al saber que estás tomando un 30% menos de azúcar te sientes mejor. Parece que no, pero todo suma y estos detalles son importantes para, entre pocos, sumar mucho para cuidarnos más y tener unos hábitos de vida más saludables.