Lejos de llegar a su fin, la crisis internacional todavía arremete contra los activos globales, incluso con aquellos históricamente considerados como “seguros”. El oro, en medio de cuestionamientos por su rol de refugio, sufrió una fuerte ola de ventas la semana pasada que movió el tablero en el mercado. El lugar elegido por los inversores fue otro clásico: bonos de Alemania a 10 años y títulos del Tesoro estadounidense.
En la búsqueda de seguridad los inversores están dispuestos a aceptar tasas de 1,245% anual de Alemania y 1,702% de los Estados Unidos.
“El escenario mundial es tan incierto que aun cuando los Estados Unidos tienen un déficit altísimo y varios problemas por resolver, y Alemania demuestra que no es tan fuerte como se pensaba, los inversores eligen sus bonos a 10 años”, señaló Juan Carnevale, director del Programa Ejecutivo en Mercado de Capitales de la Universidad del Salvador. En esa línea, agregó: “En buenas épocas, el mismo bono de los EE.UU. pagaba más del 4 por ciento. No tiene sentido recibir el 1,7% de un país que todavía no se recuperó del todo”.
En lo que va del mes los bonos alemanes y estadounidenses mostró un avance sostenido de más de 1%, un movimiento fuerte frente a las variaciones conservadoras que llegan a mostrar estos activos.
El lunes pasado el oro se desplomó 9,3% –la mayor baja desde 1980– para quedar en $ 1.361 la onza, su nivel más bajo desde febrero del 2011. Si bien el precio se recuperó, fue un repunte tímido: el viernes cerró en 1.398 dólares. Así, en lo que va del mes, el metal precioso se hundió casi un 15%.
Tanto Carnevale como los otros analistas consultados reconocen, de todos modos, la incertidumbre que generan los distintos mercados. Europa sigue rescatando a los países periféricos, ayudas financieras que son consideradas por algunos economista como salvavidas de plomo (ver aparte), mientras tanto China y Brasil –dos jugadores importantes de la economía global– siguen creciendo, pero a tasas más bajas que las esperadas por el mercado, lo que afecta también al precio de las materias primas.
De hecho, el día en que se publicó que el gigante asiático había crecido 7,7% en los primeros tres meses del año –menos que el 7,9% del trimestre previo– fue cuando cayó fuerte el oro, además de otros commodities como el petróleo.
Por su parte, el profesor Gonzalo Bernardos, de la ESADE, confirmó los bonos citados como los elegidos por los inversores, pero advirtió que “Alemania ya no es el refugio que era antes”. Bernardos, que además es vicerrector de Economía en la Universidad de Barcelona, recordó que en el corto plazo los bonos alemanes “cobran en vez de pagar” y que en el largo plazo ofrecen muy poco, ya que países como España e Italia rinden más y cuentan con el respaldo del Banco Central Europeo (BCE).
Finalmente, en lo que respecta al oro, los especialistas confían en que éste podría ser el piso del metal, dejando al alcance del inversor una muy buena oportunidad de compra, siempre que el horizonte de inversión sea el largo plazo. - BAEFinanzas.
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