A lo tonto, nos quedan tres meses y medio de este 2020 que todos/as recordaremos como uno de los peores años de nuestras vidas. De ahí las ganas generales de quitárnoslo de en medio cuanto antes. Sin embargo, debo confesar que yo ando con un poco de miedo de que llegue el 2021 porque estoy viendo lo que va a pasar… Y no me gusta nada.
Y es que, en vista de los book hauls de este año y de que no consigo rebajar la cantidad de libros comprados este año que tengo sin leer, me da en la nariz que la lista del reto ALP va a pegar un buen subidón el día 1 de enero. ¿Es o no es para tenerle un poco de miedito? Pues se ve que no lo suficiente, porque durante el mes de agosto cayeron nueve libros más, de los que solo he leído tres. Así que, además del funcionamiento, estoy planteándome seriamente cambiarle el nombre por el de “reto MI” (de misión imposible).

Empecé el mes comprando “Las siete hermanas”, de Lucinda Riley, el primer libro la serie homónima de la que ya solo le queda por publicar el último. Yo no tenía pensado leer estos libros, pero cuando supe que estaban inspirados en la mitología griega decidí hacer caso a mi madre, que me decía que le estaban gustando mucho (ella ha leído cinco de los seis publicados). Así que ahí estaba, esperando en mi lista de deseos, hasta que lo rebajaron a 0,94 €. Y así no se puede una contener. Así que libro comprado, leído y reseñado. ¡Bien, Carmen, bien!

La siguiente compra fue “Cómo acabar con la escritura de las mujeres”, de Joanna Russ. Este ensayo, que también llevaba una temporadita en mi lista de deseos, nos habla de cómo la sociedad ha tendido a ignorar y menospreciar a las escritoras, simplemente por su condición de mujeres y no porque sus obras no mereciesen atención. Este libro se publicó, originalmente, en 1983 y está centrado, básicamente, en la literatura inglesa, repasando los desprecios sufridos por autoras como las hermanas Brontë, Virginia Woolf, Jane Austen o Ursula K. Le Guin. Me marca que tiene 270 páginas, así que no solo es interesante sino que parece fácil de colar entre otras lecturas.

Luego compré otro libro de temática feminista: “La mujer molesta. Feminismos postgénero y transidentidad sexual”, de Rosa María Rodríguez Magda. Este libro también está ya leído, pero no creo que le haga reseña porque, si te soy sincera, no estoy segura de haber entendido del todo su mensaje. Y es que se me ha hecho un poco difícil de leer por la forma en que está escrito. Pero, básicamente, creo entender que es una defensa de la autora al papel de la mujer en este nuevo feminismo que está naciendo, en el que la irrupción de nuevos géneros fuera del binomio hombre/mujer podría estar haciéndonos dar un paso a un lado y “volver a las sombras”. Repito, no sé si este es exactamente el mensaje, pero es lo que yo saco un poco en claro (simplificando muchísimo).

Luego cayó “¿A quién vamos a dejar morir? Sanidad pública, crisis y la importancia de lo político”, de Javier Padilla. Este es un tema que me parece muy interesante y del que algo he podido aprender después de pasar una temporadita de hospitales y consultas. Lo que gobierno tras gobierno se ha hecho con nuestra sanidad es criminal y ahora, encima, tenemos una pandemia mundial que los políticos saben gestionar y ante la que la respuesta cívica de la ciudadanía está dejando un poquito que desear. Así que a ver si le encuentro un hueco a este libro pre-covid. A ver que se cuenta este hombre.

Mi siguiente compra fue “Cixí, la emperatriz. La concubina que creó la China moderna”, de Jung Chang. Y fue un impulso en realidad, porque a mí la historia de China como que no me interesa demasiado. Pero tanto ver documentales este verano me ha abierto la mente ha temas relacionados con este país que me resultan muy curiosos. Eso sí, de esta emperatriz no tenía noticia, aunque parece que fue un personaje con gran impacto en China. Así que habrá que leer el libro para conocerla, aunque con sus algo más de 600 páginas, me da que va a tener que esperar un poquito para conseguir turno.

En octubre de 2016 compré un libro de Arnaldur Indridason. Luego me enteré de que era el noveno de una serie. En marzo de 2017 compré otro. Resultó que era el cuarto. Pero en un sorprendente giro de los acontecimientos, a la tercera cayó “Inocencia robada”, el primer libro de la serie sobre Erlendur Sveinsson. Así que estoy hasta emocionada con esta compra, porque mira que me ha costado acertar… Si el Kindle no me engaña, son menos de 300 páginas, así que puede que hasta caiga pronto su lectura y todo.

Otro libro que ha llegado a mis estanterías virtuales ha sido ¿Quién se ha llevado a Daisy Mason?, de Cara Hunter. Este fue otro capricho porque había leído y escuchado buenas críticas y por 1,89€ había que probar. El problema es que Daisy es una niña de tan solo ocho años. Y yo eso de que los niños desaparezcan o mueran lo llevo regular nada más. Así que ahí está, pendiente para leer en cuanto me vea yo con ánimos para una historia así, lo que puede ocurrir mañana o dentro de cinco meses.

Y de capricho en capricho y tiro porque me toca, me hice con “Papel y tinta”, de María Reig. Otro libro con buenas críticas, aunque no fueran el motivo principal de mi compra. La razón fue un directo que la autora hizo durante el confinamiento y en el que explicó cómo había sido el proceso de documentación de esta novela. Y ese tipo de cosas me llaman mucho la atención, por lo que me he hecho con él aunque no sea el tipo de novela que yo leo normalmente. Así que a ver cuándo me toca conocer a Elisa, su protagonista, y esa lucha rebelde contra lo establecido en el Madrid previo a la Segunda República.

Para cerrar el mes, me hice con otro libro que llevaba mucho en mi lista de deseos: “Yo soy Malala”, de Malala Yousafzai y Christina Lamb. A principios de 2019 compré su siguiente libro, pero no quería empezarlo sin tener este. Tenía muchas ganas de conocer esta historia y de saber más sobre lo que le ocurrió a esta muchacha, por lo que lo empecé a leer enseguida. Ya está terminado y la reseña saldrá la semana que viene, así que solo te diré que me alegro de haberlo conseguido, a pesar de lo duro que ha sido leerlo (sobre todo en ciertos momentos).
Nueve libros. Tres de ellos ya leídos. Seis de ellos todavía en la lista de pendientes por leer. Así han estado las cosas en agosto. La buena noticia es que estamos a 12 de septiembre y todavía no me comprado nada. Si sigue la racha, el próximo book haul puede ser el más triste de la historia de este blog, cosa a celebrar en este caso. Además, tampoco es que me vaya a quedar sin opciones de lectura…
Me despido ya porque la entrada ha quedado más bien larga. Solo me queda pedirte que me dejes un comentario contándome si has leído alguno de estos libros o si te llama la atención alguno de ellos, que le des un “me gusta” si te ha gustado la entrada y que te unas como seguidor/a. Yo vuelvo el lunes con los planes para la semana. Hasta entonces, ¡disfruta del fin de semana! ¡Nos leemos!
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