Autora: Concepción Valverde Ferrer
Editorial: Almuzara / Ediciones Urano
*Gracias a la editorial por el ejemplar*
Páginas: 277
Sinópsis:
En la Sevilla bulliciosa y febril del Siglo de Oro, cuando el comercio con el Nuevo Mundo gestaba hazañas imposibles, la pasión por los libros forja una historia de amor que desafiará todas las barreras. PREMIO DE NOVELA ALBERT JOVELL 2015 La vida del mercader sevillano don Diego Burgos de Rojas y de su hija Inés se verá alterada con la llegada de la Flota de Nueva España. Ambos comienzan a recuperarse de la muerte de doña Catalina Fajardo, de quien su hija Inés ha heredado una extremada belleza y bondad, así como su profundo amor a las letras. El palacio Fajardo cuenta con una de las mejores bibliotecas de España, en la que se celebran frecuentes tertulias literarias. Ambientada en la Sevilla del siglo XVII, en pleno auge del Comercio de Indias, La Biblioteca Fajardo es una espléndida novela histórica que transita también el Nuevo Mundo, recorriendo lugares tan remotos como la frontera norte de Nuevo México, los desfiladeros del istmo de Panamá o la sierra andina. Refleja una época y una ciudad que son el marco de una emocionante historia de amor, donde la protagonista se conduce con la determinación de otras heroínas del Siglo de Oro español, y es también un canto al poder arrebatador de la literatura, capaz de fecundar los sueños de los conquistadores.
La Biblioteca Fajardo es, ante todo, un canto de amor a los libros. Un amor que florece en una época en la que los horizontes se ampliaban forzosamente y las relaciones entre dos mundos distintos se hacían cada vez más estrechas a través del comercio. Es así como esta novela ambientada en la Sevilla del siglo XVII esconde en sus páginas una historia llena de romance, arte y literatura, teniendo como telón de fondo la Carrera de Indias y el mismísimo Siglo de Oro español.
En este escenario conoceremos al mercader Diego Burgos y a su hija Inés, quienes llevan una vida tranquila y holgada en el Palacio Fajardo, lugar que fue testigo de la unión entre don Diego y Catalina Fajardo, una bella y bondadosa mujer con una gran pasión por los libros. Lo que el mercader ignoraba al conocerla era que precisamente sería la afición libresca de la joven lo que los terminaría emparejando, además de ser la razón por la que Diego decidiera dedicarse al comercio de libros. Al igual que su madre, Inés siente el mismo afecto y pasión por ese lugar maravilloso que es la biblioteca de su familia.
A ello mucho ayudaron sin duda alguna los libros de aquella biblioteca, porque desde ese primer encuentro, su historia de amor se podía reconstruir a través de los libros que ella le iba dejando y él fue leyendo.Nos encontramos ante una historia sencilla y serena, de esas que se leen con calma y deseando tener una taza de té a lado. Principalmente seguimos el día a día de los Fajardo haciendo uno que otro salto al pasado y más adelante acompañamos a la joven Inés en su propia historia de amor (muy distintiva de las novelas que tanto le gustan) y, en en medio de todo esto, acudiremos al relato de sucesos históricos y literarios que involucran tanto al Viejo como al Nuevo Mundo.
Manuel Barrón y Castillo (1854), Vista del Guadalquivir [Pintura]
Y como la aparición de personajes históricos no podía faltar, algunos que hacen acto de presencia son el pintor Francisco Pacheco, el escritor Mateo Alemán, los poetas Juan de Arguijo y Francisco de Medrano. Muchas más son las menciones a grandes artistas u obras españolas imprescindibles al hablar de la época, entre ellos Lope de Vega y Miguel de Cervantes con su único e inigualable Quijote.Si bien es cierto que la narración llega a tomar tintes didácticos con la introducción de datos, hechos y en general información que te saca de la historia (aunque te me meten en la otra historia, la disciplina -y aquí es donde envidio la diferenciación story/history del inglés-), no fue algo que entorpeciera mi lectura porque se trataba de temas por los que sentía interés y de verdad disfruté enterándome de cosas como la ruta que se seguía para llevar los libros desde la ciudad de Sevilla hasta tierras peruanas y todos los riesgos que corría la mercancía en el largo trayecto (por poner un ejemplo). Lo que sí era muy obvio y creo que se podía evitar es el uso de conversaciones entre personajes como pretexto para explicar algo referente al contexto histórico, pues estos episodios se sentían muy forzados.
Algo en lo que no pude dejar de pensar durante su lectura es en el hecho de que esto del comercio de libros entre los dos continentes, cuatrocientos y pico años después, sigue estando presente; podrá haber cambiado la forma gracias a que en nuestros tiempos se cuenta con máquinas más rápidas que hacen que la mercancía tarde menos en llegar, pero la acción es la misma (curiosamente, este libro de autora española e impreso en España es un vivo ejemplo de ello, pues antes de llegar a mis manos tuvo que "cruzar el charco") y lo mejor de todo es pensar que ahora también son grandes las cantidades de voces nacidas en estas tierras mexicanas/latinoamericanas las que cruzan el océano en forma de objetos tan preciados por muchos (y si no se puede en físico, también contamos con el cable submarino para los electrónicos; pero de que cruzan, cruzan).
- (...) aunque refleje lo que es verdad mejor que la propia realidad, que nos puede llegar a confundir, porque muchas veces se nos presenta incompleta, caprichosa y sin un orden claro.En fin, una lectura perfecta para los amantes de los libros, las historias de amor y las historias de amor rodeadas de libros; recomendada también para aquellos que disfrutan transportándose a otras épocas a través de las páginas de una novela, pues La Biblioteca Fajardo nos lleva a una muy especial en la que el mundo comercial y artístico alcanzaban un punto culminante y el descubrimiento de tierras desconocidas hacía que los límites entre lo real y lo imaginario se tornaran borrosos.... un tiempo y espacio que ahora nos parece tan intenso y luminoso como contradictorio y sombrío, pero sin lugar a dudas fascinante.
-¡Quizá el orden de las cosas se encuentre en los libros! -apostilló la joven condesa.