Título original: Never let me go
Autor: Kazuo Ishiguro
Editorial: Anagrama
Sinópsis: A primera vista, los jovencitos que estudian en el internado de Hailsham son como cualquier otro grupo de adolescentes. Practican deportes, o tienen clases de arte donde sus profesoras se dedican a estimular su creatividad. Es un mundo hermético, donde los pupilos no tienen otro contacto con el mundo exterior que Madame, como llaman a la mujer que viene a llevarse las obras más interesantes de los adolescentes, quizá para una galería de arte, o un museo. Kathy, Ruth y Tommy fueron pupilos en Hailsham y también fueron un triángulo amoroso. Y ahora, Kathy H. se permite recordar cómo ella y sus amigos, sus amantes, descubrieron poco a poco la verdad. El lector de esta espléndida novela, utopía gótica, irá descubriendo que en Hailsham todo es una re-presentación donde los jóvenes actores no saben que lo son, y tampoco saben que no son más que el secreto terrible de la buena salud de una sociedad.
➡Opinión Personal
Estaba muy emocionada por leer este libro ya que la película me había gustado mucho, y tenía en mente la idea de que la novela esclarecería algunas dudas con las que me había quedado al ver la adaptación.
Kathy H. es quien narrará la historia-su historia mediante recuerdos de su niñez y parte de su dolescencia vividas en la escuela-internado Hailsham. Pero pronto podremos notar como Hailsham no es un internado común: es un lugar en donde la preocupación por la salud de los alumnos es excesiva, en donde se les anima a los mismos a prestarle una atención especial al arte (realizando cuadros, poesía o esculturas) y en donde constantemente los custodios les recuerdan lo especiales que son. En este lugar es también en donde Kathy conocerá a los que terminarán convirtiéndose en sus amigos para toda la vida: Ruth y Tommy. Y es así como ella nos irá contando cómo es que los tres se fueron haciendo cada vez más conscientes de la verdad que se "ocultaba" tras los muros de Hailshman y cómo la afrontaron una vez que dejaron aquel lugar al cumplir los dieciséis años.
No quiero revelar nada más de la trama porque creo que lo especial de esta novela es irse enterando uno mismo de lo que ocurre al sumergirse poco a poco en la historia y en los recuerdos de Kathy, los cuales están llenos de melancolía, tristezas, decepciones y alegrías.
Kathy me ha gustado mucho como protagonista, me ha parecido muy realista su forma tanto de actuar como de pensar. La amistad entre ella y Ruth también es otra cosa que he disfrutado, ya que con sus altos y constantes bajos resulta muy real, tan real que en varias ocasiones logré sentirme identificada con el comportamiento de ambas. Tommy, por su parte, es diferente a cualquier personaje masculino con el que me haya cruzado, y eso me ha gustado mucho.
Kazuo Ishiguro se ha asegurado de dotar a estos personajes de humanidad pura, razón por la que al llegar a la última página es imposible no pensar en ello, en lo que llamamos humanidad y en lo que realmente nos hace considerar que la poseemos. No sé si esta "reseña" ha tenido sentido alguno, pero en verdad no creo conveniente mencionar más. Lo único que me queda por decir es que Nunca me abandones es una novela con una historia que resulta entrañable y agridulce (más agria que dulce) y que se lee con calma para disfrutarse; es un libro que al terminarlo te deja pensando en los personajes y en su situación por un buen tiempo, y creo que esa es razón suficiente para leerlo.