Borasca en los Ozores. Pablo Aranda.

Los meses de abril y mayo han estado cargados de eventos literarios en mi ciudad (Málaga): presentaciones, Día del libro, Feria del libro, Noche de los libros..Llevaba tiempo haciendo autocrítica, pero no propósito de enmienda, y es que conozco y leo a autores y/o novelas de editoriales pequeñas o independientes de otras ciudades y muy poco de la mía. Algo que espero corregir desde ya.
¿Por qué este libro? Por varias razones. Por un lado,  "Borrasca en los Ozores" pertenece a una colección editada por una pequeña editorial local emergente (Mitad doble) en colaboración con otra ya consolidada (Ediciones del Genal). Lo que llamó mi atención fue el nombre de la referida colección: "Manguta de libros". Hacía siglos que no oía lo de manguta (término malagueño empleado para referirse a un ladrón). Bajo este nombre se agrupan varias micronovelas con el objeto de fomentar la lectura en cualquier momento, robando tiempo al tedio. Por otro lado, Pablo Aranda es un autor malagueño consolidado que mi hermano mayor me ha recomendado en numerosas ocasiones. Ya tocaba, así que hoy os traigo mis impresiones.
Emilio es un profesor de universidad algo peculiar, atrapado por un matrimonio en la cuerda floja, con una vida demasiado rutinaria y desanimado por la poca presencia de alumnos en clase (poco a poco iremos descubriendo el porqué). Un día recibe la llamada inesperada de su primo Isidro, que le informa de la muerte de su tía. A raíz del fallecimiento, descubren que su tía llevaba una doble vida, una tentación con la que Emilio decide probar, fantaseando y creando una vida paralela donde suceden las cosas tal y como le gustaría y donde  no tienen lugar las frustraciones de la vida real. El problema llegará cuando llegue a confundir ambas y la realidad se imponga...
Aranda recupera aquí un planteamiento similar al de su novela “Desprendimiento de rutina” (2003), ganadora del Premio Sur de Novela Corta, al presentarnos un personaje que trata de huir de sus frustraciones creando e imaginando una realidad alternativa. 
Siempre admiraré a quien en pocas páginas es capaz de dar vida a un personaje tan bien definido; es lo que ocurre con Emilio, un personaje peculiar centrado en sus investigaciones de "Sociología de lo cotidiano" (investiga, por ejemplo, sobre los kilómetros recorridos en un año en los trayectos para ir al baño a orinar). Sus reflexiones bien podrían ser de Sheldon Cooper, lo que aporta humor a esta singular historia sobre lo que es y lo que nos gustaría que fuese la vida. Y hasta aquí puedo contar, porque es una historia corta a descubrir por el lector.
En definitiva, me he encontrado con un título curioso, original, divertido y más reflexivo de lo que en principio pudiera parecer.