Rodrigo Guerra tocaba el contrabajo y el zerrucho en la Pequeña Orquesta Reincidentes. Una banda que a muchos nos mostró que el rock fuera de los estadios era mucho más parecido al rock, desde esas tertulias de alto volumen en el Club del Vino donde el humo no salía los cigarrillos. Después armó La Quimera del Tango tocó en Los Ramones del Tango con Daniel Melingo y en muchos buenos discos de los últimos años. Corte a Guerra y Todo y la siguiente inquietud: ¿todo trío es power?
Claro que esa habilidad para hechizar con el zerrucho no lo convertía en un gran zerruchista sino, de alguna forma y para la gente, en un gran instrumentista. Se sabía, Guerra es de los que se tocan todo pero nunca lo habíamos escuchado rockear así. La novedad, guitarra en mano, puntea fresquito, rockea lindo, hace música ruda en estéreo y nos devuelve las frases perdidas "otra vez volver a casa sin morir" "qué antiguedad". Como siempre y ante todo, el humor en sus letras. Borrega marcha sobre un groove crudo, de distorsión precisa y una voz que tiembla en la firmeza de lo que dice y da inseguridad. Mirada de bueno y peinado de psicokiller qu'est-ce que c'est, junto a Rafa Franceschelli en bajo y Lautaro Cottet en batería armaron un disco gordo y multirrítmico que no resuelve la incógnita sobre los tríos, la agranda.
Borrega by amo descubrir canciones
ouioui records