Durante mucho tiempo he sido una enamorada de las bolas de nieve. Hace muchos años empecé a coleccionar bolas de los lugares que he ido visitando. Ayer me puse a hacer limpieza con el Peque y remenando antiguas cajas encontré precisamente una en la que había guardado todas estas bolas de nieve. El Peque se quedó fascinado con ellas y viendo lo que le llamaron la atención me acordé que en el cole hace poco hicieron algo parecido, pero muy fácil de hacer y resultón: botellas de nieve.
Material:
- Botella de agua pequeña.
- Agua destilada o agua herbida (dejarla enfriar antes de meterla en la botella).
- Cinta adhesiva.
- Purpurina, trocitos de porex, nieve artificial…cualquier cosa que se te ocurra y que pueda dar el efecto nieve al experimento.
Procedimiento:
- Mete dentro de la botella la purpurina, porex…
- Añade el agua.
- Precinta el tapón con la cinta adhesiva.
¡Y ya está! ¡Ahí la tienes! una bola de nieve diferente, pero segura para los Peques, sin miedo a que se rompa, que pueden manejar muy fácilmente y jugar con ella. Si queréis también podéis añadir colorantes al agua, así podéis hacer botellas de nieve de diferentes colores y aprovechar la manualidad para ir enseñándoles los colores. Si ponéis la botella en el Sol, ¡reflejará rayos de colores!
Otra variante es meterle también piedrecillas o conchas, así convertiríamos la botella de nieve en un sonajero molón.
Una manualidad senzilla para nosotros, pero alucinante para ellos. ¿Os atrevéis?