Revista Política

Botín

Publicado el 15 septiembre 2014 por Alejandropumarino

Botín

No está mal la despedida que conspicuos representantes de la izquierda progresista hacen al banquero desaparecido. Dª Ada Colau recuerda que tenía una deduda pendiente con los clientes, cuando en realidad, uno siempre había creído que quienes contraían el compromiso de devolver lo prestado eran los compradores de inmuebles, que lo hacían con dinero ajeno, convertido en propio por el supuesto derecho de poseer una vivienda. El problema está en que vivíamos por encima de nuestras posibilidades y con la garantía del incremento experimentado por el precio de los pisos, terminábamos por adquierir vehículos de alta gama antes dehaber ganado lo necesario. D. Emilio tenía un compromiso con los depositarios de sus ahorros, y quienes no cumplieron el deber de saldar sus deudas, fueron indudablemente, los hipotecados. Por su parte, Dª Beatriz, secretaria genral de las juventudes socialistas hace gala de tanta bisoñez política como de mal gusto, por muy “clarito” que lo escriba. Alegrarse de una muerte no está bien visto, salvo para ciertos sectores del progresismo militantes que ven muy distintosa los muertos, dependiendo del color del sudario que llevaron a sus tumbas. Guillermo Toledo no merece más comentarios, pues acumula un historial de lucha en la que no faltó la innecesaria, siempre innecesaria, violencia, con lo que queda poco más que decir. Solo imaginar, con una vaga sonrisa en los labios, cual sería la reacción de estos mismos personajes si otros ciudadanos de diferente ideología, “twitearan” perlas semejantes de un correligionario suyo. Hace ya años, pero cuando fue tiroteado Ernesto “Che” Guevara, se acababa de dar muerte a un asesino; no es para alegrarse, pero llevarlo estampado en las camisetas por quienes celebran el fallecimiento de un banquero, es más insulto a la razón que hipocresía de cualquier tipo.


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