Revista Cine
Director: Martin Scorsese
No se confundan: la opera prima de Martin Scorsese no es "Mean Streets" como creen los idiotas; de hecho, el hombre hizo tres películas antes que su debut en el cine, siendo éstas "Who's that knocking at my door", la presente "Boxcar Bertha" y un documental titulado "Street Scenes", dejando de lado otro documental, "Italianamerican", que creo que se hizo el mismo año o uno después que su presunta primera película. Lo digo para que los hechos queden claros, miren que esto de hacerse el conocedor sin tener ni puta idea me saca de mis casillas un montón. Tanto, que he estado con esa espina clavada desde el año pasado cuando, tras ver y comentar la verdadera opera prima del neoyorkino, me propuse hacer lo mismo con las otras piezas que preceden "Mean Streets", sólo que no pude por problemas con subtítulos y semillas. De la nada aparece "Boxcar Bertha" y sin pensarlo dos veces me pongo a verla, y qué quieren que les diga, vaya que me ha gustado.
Bertha es una muchacha que se queda sola tras la muerte de su padre y se pasa la vida de ciudad en ciudad, de vez en cuando encontrándose con algunos amigos que, con ella, se meterán en graves y violentos problemas.
No tiene muy buena crítica "Boxcar Bertha", quizás sea su asumida y orgullosa (y ciertamente necesaria) impronta serie B, quizás sea que simplemente parece una irregular road movie ultra violenta hecha con algo de estilo pero poco contenido. Quizás sea la calidad de las obras con que se rodea lo que afecta su reputación, que la hacen parecer el patito feo, pero, pregunto yo, ¿acaso eso importa? "Boxcar Bertha" tiene la identidad y la personalidad suficiente para validarse y defenderse como una obra independiente de cualquier otra, sin mencionar la calidad, que no es excelente ni magistral pero sí promisoria y contundente, dos características que insuflan al conjunto ese particular aura que a mí me ha encantado y cautivado por completo. Al principio uno piensa que "Boxcar Bertha" será una especie de thriller setentero, de estética sucia, cruda, feísta (estética que no deja de esconder cierto lirismo y gran dominio del lenguaje, como quedó demostrado en la fenomenal "Prime Cut"), pero al rato la cosa muta en una especie de relajada y pueril road movie, más cercana a una brusca noción de comedia costumbrista que a la ficción criminal, no obstante, continuamos con este viaje y retornamos al thriller y al drama, pero con un inusitado y tajante sentido de la tragedia (y una interesante revisión religiosa que ya tocaremos muy a la pasada, o no, como es usual en este blog)... Y sin embargo, la sensación final no es que a Scorsese se le fue la mano, que el relato se ramificó y dispersó banalmente, que la multitud de tonos e historias intentan esconder una falta de sustancia basal; por el contrario, uno queda boquiabierto ante la coherencia del tremebundo despliegue discursivo que se esconde tras la "amateur" superficie de las imágenes y el relato scorsesiano. Porque, ¿la historia de "Boxcar Bertha" podría ser la historia de una parte de Estados Unidos o la Historia de Estados Unidos? Los símbolos son claros, no se pueden ignorar: el ferrocarril marcando un antes y un después en el paisaje, en la vida de sus habitantes; el negro, el rebelde y la mujer insumisa, todos (re)tratados burdamente por los poderosos e incluso por la cruel y mordaz vida misma; la mutación de criminal a justiciero o vigilante; la lucha social contra la vil y represora maquinaria política y económica y su más poderoso amigo (el dinero); la música, la vestimenta, incluso el grandísimo John Carradine, que pienso que no está ahí para hacer un guiño con su hijo David, sino para recordar algunos significativos roles que interpretó antaño, lo que demuestra no sólo el cuidado discursivo de Scorsese, sino que también su dominio (meta)cinematográfico como fuente de representación (en cuanto a la técnica, pues basta ver la brutal y memorable secuencia final para dejarse deslumbrar por su desoladora capacidad como narrador visual). "Boxcar Bertha" es un gris y crítico paseo por la cultura y la historia estadounidense, narrada y filmada con una desconcertante visión y pulsión nihilista, que destaca, pienso yo, especialmente por su aspecto "descuidado" e "intelectualmente desinteresado". Quizás no les parezca tan así en el desarrollo del film, pero una vez digerido el conjunto, espero que disfruten e interioricen lo genial, compleja y profunda que es "Boxcar Bertha", como cine y como discurso cinematográfico. A mí me ha gustado cada fase de la película, ya sean las más amables, las más elegíacas, las más violentas... Me ha gustado por completo, para qué mentir.