Boyhood es una película imprescindible. Y no tanto por la calidad intrínseca de la peli (que tiene, y mucha), sino por ser un experimento cinematográfico difícilmente repetible. Me flipa que alguien se haya atrevido a hacer algo así. Y Linklater lo explica con una lógica aplastante: no veía otra manera de mostrar el paso del tiempo en ese crío que rodándolo así. Ole tus huevos.
El trabajo de los actores es fabuloso, en especial lo que hacen Ellar Coltrane y Ethan Hawke. Padre e hijo protagonizan algunas de las mejores escenas de la peli. Una peli que avanza en un estado de gracia constante pero que carece, creo, de una escena monumental, de alguno de esos momentos álgidos y tremendos que sí tenía, por poner un ejemplo, La vida de Adéle.
Lo mejor: que tras el brutal experimento hay una gran película.
Lo peor: el atrevimiento de Linklater no se merece un Lo peor.