Las mujeres involucradas en la ciencia dejaron de ser un mito. Ahora, en el mundo, la industria tecnológica ha dado un giro para dar cabida a todas las personas, independiente de su género. Sin embargo, en América Latina todavía se la considera como un espacio muy masculino, en el cual las mujeres encuentran una serie de impedimentos y limitaciones.
Según datos del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), en el Ecuador un poco más de 2000 mujeres estudian carreras vinculadas con la ciencia y la tecnología. Mientras que, en el caso de los hombres, esta cifra se multiplica por cuatro.
Diana Lara, gerente de KM Solutions, representante en Ecuador de Kyocera, una de las mayores empresas dedicadas al campo de tecnología e innovación a nivel mundial, cuenta el trayecto que ha tenido dentro de la industria desde hace casi 10 años y cómo se ha ido empoderando en su crecimiento profesional.
“Los retos han sido innumerables en el campo tecnológico. La mayoría de representantes a nivel de América Latina son hombres, en las conferencias o encuentros internacionales de toda la región, por ejemplo, somos apenas 2 mujeres, la representante de Argentina y mi persona, por ende, casi no existe esa complicidad, muchas veces incluso me ha surgido una cierta frustración y cuestionamientos”, señala Diana.
En el imaginario colectivo, cuando pensamos en computadoras, siempre pensamos en un hombre detrás de su programación y desarrollo. Diana, como muchas otras mujeres que se desempeñan en esta rama, piensa que no es imposible sobresalir dentro de la industria; pero, se deben esforzar más para destacarse, porque además de ser mujer, está el hecho de ser joven lo cual también suele poner en tela de duda su experiencia y capacidades.
“Combinar el ser empresaria sorteando todos estos retos y trabas y además ser madre el resto del tiempo, definitivamente no nos deja tiempo para nada más. No hay una fórmula para poder llevar los dos roles en armonía. La innovación es algo que está en constante actualización y mis hijos también descubren cada día cosas nuevas, van aprendiendo y una no siempre puede estar presente todo el tiempo que quisiera”, confiesa la empresaria.
Dentro de KM Solutions, aproximadamente el 60 % del personal son mujeres. Ellas se desempeñan en distintas funciones administrativas y su fortaleza principal es la empatía con la que tratan a todos los colaboradores. Para Diana, más allá del género es vital el poder ayudarse mutuamente a crecer como personas y profesionales.
A futuro, Diana -a través de su gestión- ve a la empresa mucho más visible, como un actor tecnológico más presente en el campo de soluciones digitales, ayudando al desarrollo de las empresas ecuatorianas.