El columpio, obra maestra de Fragonard, donde se recoge el espíritu refinado, exótico y sensual propio del Rococó
Branding debe asumir que sus soportes naturales publicitarios no están en las estrategias que han tenido peso y protagonismo en la era donde la Imagen Corporativa ha sido la reina y que cualquier estrategia que no contenga el objetivo de convertirse en un miembro influyente de la comunidad donde vive, es en realidad pernicioso para el desarrollo de la implantación de los Valores que van a construir el Valor de Reputación de Marca que el mayor argumento que sostiene la existencia de este nuevo departamento en los modelos de negocio que quieren conseguir un estatus de permanencia en el mercado, ahora ya, convertido en extensas comunidades capaces de sostener comunicación directa entre ellas y con las habilidades suficientes para diseñar modelos organizativos al margen de ellas.
La Imagen Corporativa que anuncia un cambio real debe asumir que no puede transformar soportes publicitarios naturales de Branding (Eventos y SocialMedia) en copias de las exitosas y antiguas estrategias de conquista en medio de comunidades con la que ya se vive y conocen las incongruencias que se han generado entre una hermosa estampa vendida y la realidad que se ha manifestado durante la convivencia.
La Imagen Corporativa deberá amoldarse dentro de la Imagen de Marca y perder protagonismo en la vida rutinaria del modelo de negocio. La Imagen Corporativa es vital para espacios de conquista pero no muestra ningún tipo de efectividad en el diario transcurrir de las relaciones que se han de establecer para ser raíz en una comunidad capaz de elevar la protesta, aportar soluciones y generar modelos organizativos, al margen de quien no puede ofrecer más que sonrisas corteses, que repiten el mismo discurso hasta el infinito sin aportar o manifestar, ningún interés en generar espacios de colaboración mutua.
Lo único que garantiza a los modelos de negocio a permanecer en los mercados es la rapidez con la que los modelos de negocio confluyan en esta encrucijada de caminos, que les lleve a priorizar y estructurarse en función de otro tipo de prioridades que relegan la capacidad de influir, a su espacio natural, en la necesaria conquista, para dejar el espacio protagonista al deseo de ser influyente, abriendo los canales para la implantación de las estrategias de Branding en todo el tejido empresarial, sin dejar espacio a la más mínima duda.
Las búsquedas infructuosas, en áreas de investigación que observan y potencian la cualidad de influir sobre el receptor de la información, son susceptibles de generar cierta curiosidad y pueden mostrar éxito en condiciones adecuadas, pero, no hay, en esas prácticas, garantías de éxito estable más allá, del tiempo en que se puedan mantener las circunstancias adecuadas para cumplir con todo el proceso para lograr influir y siempre va a tender a ser temporal el efecto. Una vez el individuo deja de recibir el estímulo, no hay forma humana, que pueda evitar y controlar la reflexión individual y la capacidad organizativa que esta persona puede efectuar, en un corto espacio de tiempo.
La habilidad de generar campos de energía influenciadora sobre la voluntad del otro, nunca se ocupan de aquellas otras circunstancias que dan al traste con el éxito del experimento. Resulta conmovedora, la certeza, de que en realidad es comprobable que un consumidor acepta una venta por impulsos espontáneos. Imaginar que eres capaz de estimular la emoción para conseguir tu deseo puede llevarte hasta la idea de generar un mundo de auténtico control sobre la aceptación de tus clientes pero ¿Que impedirá a ese consumidor que, teniendo una experiencia negativa en los puntos de encuentro que han sido diseñados con el único objetivo de vender y nunca con la intencionalidad de escuchar propuestas y diseñar espacios de colaboración mutua, puedan ejercer su única y exclusiva habilidad de emitir una reflexión, al respecto de la compra que ha efectuado por un impulso inicial inducido?
Así como la Imagen Corporativa invita a generar modas, no es moda de donde nace la necesidad de crear un departamento de Branding. Así como Marketing crea necesidades allí donde nunca existieron estas, Branding no crea la necesidad, simplemente, las detecta y se esfuerza en ofrecer soluciones eficaces, porque la moda, no se puede ocupar más que de un estadio temporal, mientras que la permanencia exige un espectacular despliegue de compromiso y sostenibilidad con el medio en que vives. Y compromiso, no se escribe cambiando según que palabras, tonos, modulaciones, formas y colores en un simple discurso, el compromiso nace de la capacidad de empatía con quien te interesa y la habilidad de generar espacios de comunicación bidimensional de colaboración mutua.