Branding o el arte de convertirte en un miembro influyente en la comunidad a la que perteneces
El diseño de estrategias de relación correctas en espacios virtuales y la transformación de los puntos de encuentro en eventos personalizados capaces de convertirse en espacios donde compartir experiencias, es la clave de éxito que está marcando la diferencia y la llave para despertar pasión en comunidades o tribus de gran influencia.
Marketing de experiencias, se desmarca y siembra de forma correcta el campo de un mercado competitivo que ha cambiado el paisaje de una era industrial por la visión de una era de la información.
La desintegración de los segmentos sociodemográficos, culturales y estándar, deja un panorama integrado por tribus que no pueden localizarse en base a criterios que aglutinan ideologías o creencias concretas que podían dibujarse en líneas y subdivisiones, más o menos acertadas en una era industrial que acogía a la Voz Corporativa como única, porque si, antes, era en realidad la única que sustentaba el campo de visión, pero ya no lo es ahora.
La experiencia positiva y negativa acumulada por el consumidor en medio de la una relación que dice que hace pero no hace lo que dice. La permisibilidad de un mercado que abre puertas a infinitos productos y servicios. La democratización de espacios de comercialización que pretenden agrupar, para su venta, toda esa infinidad de productos nuevos que pueden incluso mostrarse con trazas que logran contradecirse entre si permitiendo la sociabilización de personalidades altamente diferenciadas en un mismo espacio. Una estrategia altamente competitiva en precios, como único soporte de diferencia. La creencia en una limitada capacidad de influir a través de erróneos, por simples, juegos con el color, el mensaje, el sonido, las formas. La inviabilidad para sostener continuas estrategias de control, a través, del miedo con el que juegan las agencias publicitarias, en una comunidad que termina agrupándose en entornos que favorecen la contratación abaratando costes a los empresarios y que tiende a la sociabilización de las experiencias siempre. Más la apertura informativa que nace de la globalización, a través, de las redes. Obligan, a efectuar cambios para la superviviencia en un mercado donde han sido los mismos modelos de negocio los que han provocado el cambio en el consumidor.
Si la fidelización de un cliente, dura hasta que dura la oferta y ya no se puede asumir el coste que esto representa, el siguiente paso, está en la adaptación al entorno que has creado, aún cuando no eras consciente de que estabas produciendo ese cambio.
Una tribu, ya no puede ser etiquetada con la facilidad que antes etiquetaba la estructura social el departamento de Marketing. Las tribus, no se componen de personas agrupadas por edades, creencias o idelogías, las tribus, en estos momentos, son compuestas por personas que hacen y comparten un modelo de vida concreto que puede ser identificable con productos y servicios que pueden relacionarse en estructuras que no crecen solo en la corrala, el barrio o el país y que lo hacen a una velocidad vertiginosa por todo el mundo.
Salir del círculo que delata una fidelización hasta que dura la oferta, implica que has de mantener una relación constante con la comunidad a la que perteneces, que debes explicar y sustentar con coherencia para despertar la pasión compartiendo experiencias donde puedas encontrar a tus afines. Solo las empresas que logran adaptarse y cambian su objetivo principal están logrando levantar la pasión en los consumidores que los modelos de negocio que aún viven paralizados en la antigua era industrial, ni siquiera aún conocen.
El diseño de estrategias de relación correctas en espacios virtuales y la transformación de sus puntos de encuentro en eventos personalizados capaces de convertirse en espacios donde compartir experiencias, es la clave de éxito que los diferencia.