Revista Solidaridad
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, el 10% de la población mundial tiene alguna capacidad diferente. Para este grupo, se ha comenzado a desarrollar y adaptar una gran cantidad de actividades turísticas, entregándoles así la posibilidad de conocer otros lugares y vivir grandes aventuras.
Brasil ha realizado importantes inversiones en esta materia. La ciudad de Socorro, en el Estado de Sao Paulo, ha sido una de las pioneras en adaptar todo tipo de actividades para estas personas, desde el turismo tradicional hasta el deporte de aventura.
Actividades como cabalgatas, tirolesa, canopy, rafting, caminatas, escalada y paseos en carreta son algunas de las 15 modalidades deportivas que han sido adaptadas para personas que tienen dificultades de movilidad, de visión, auditivas o mentales. Todas se ejecutan con el apoyo de un equipo preparado especialmente.
Las iniciativas que se llevan a cabo en la costa de Brasil han significado adaptar las playas más atractivas para las personas con algún tipo de discapacidad, como Ponta Negra en Natal; las playas de Olinda y Fernando de Noronha, Porto Galinhas y Boa Viagem en Pernambuco. Sillas anfibias y profesionales calificados para el baño asistido las ayudan a entrar en el mar.
De hecho, la Secretaría Municipal de Turismo y Desarrollo Económico de Natal promovió un evento deportivo en la playa Ponta Negra, con disciplinas como voleibol, fútbol, surf, kayak y bádminton, adaptados a las necesidades de los competidores.
Algunas ciudades brasileñas se destacan por ofrecer hoteles con habitaciones y baños adaptados, restaurantes con menús en braile, información accesible para sordos y los servicios de transporte adaptados. Entre ellas se encuentra Maceió, la capital con el mayor porcentaje de hoteles adecuados para visitantes con movilidad reducida.
En el turismo de aventura, sobresale la Chapada do Guimarães, con senderos para personas con discapacidad visual, pista con cuerdas y señalización táctil, y múltiples monitores que recibieron una capacitación para conducir a los turistas con discapacidad, especialmente en actividades como rafting, canopy y tirolesa.
Según el último Censo de 2010, en Brasil hay 45,6 millones de personas con discapacidad, por lo que un grupo pionero de organizaciones y secretarías de turismo se unieron para incluir en las actividades turísticas a cualquier persona con algún tipo de limitación.
http://www.americaeconomia.com/node/106162
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