Un grupo de científicos ha descubierto, en el Amazonas brasileño, unas antiguas aldeas que datan entre los años 1.300 y 1.700 d. C. y están diseñadas en forma de círculo, con una disposición similar a la de un reloj. Así lo informó la Universidad de Exeter (Reino Unido), que lideró la investigación.
— Jürgen Braungardt (@JBraungardt) December 10, 2020
Estas aldeas se hallaron en Acre, y fue posible gracias a la tecnología de escaneo LiDAR, la misma que tienen algunos autos inteligentes y los nuevos modelos iPhone de Apple. Los investigadores utilizaron un sensor RIEGL VUX-1 UAV, posicionado en un helicóptero, que permitió grabar el diseño que resultó mucho más complejo y organizado de lo que se imaginaba, escondido entre los árboles.
Específicamente, fueron documentadas más de 35 aldeas y decenas de carreteras, pero se cree que existen muchas más ocultas en la selva. Los pueblos estaban compuestos entre 3 y 32 montículos puestos en círculo, y su diámetro variaba entre 40 y 153 metros con una plaza en medio.
Curioso diseño
Las aldeas se conectaban entre sí por vías que tenían una orientación cardinal: dos en el norte y otras dos en el sur. Por lo general, las vías rectas conectaban un pueblo con otro, creando una red de comunidades a lo largo de varios kilómetros.
Según este estudio publicado en la revista Journal of Computer Applications in Archaeology, la organización distintiva y ordenada de las aldeas sugiere que los antiguos habitantes de Acre tenían modelos sociales muy específicos para la forma en la que establecían sus comunidades.
Anteriormente, ya se había registrado la presencia de aldeas circulares de montículos en esa región brasileña, pero hasta ahora se desconocía su extensión, diseños arquitectónicos y organización.
Historia prehispánica
“LiDAR nos ha permitido detectar estos pueblos y sus características como caminos, lo que antes no era posible porque la mayoría no son visibles con los mejores datos disponibles por satélite”, explicó José Iriarte, profesor de la Universidad de Exeter y coautor del trabajo.
Esta es una prueba más de que la selva ha sido ocupada durante mucho tiempo por comunidades indígenas, cuyas culturas surgieron, sucumbieron, se transformaron y volvieron a surgir, mucho antes de que los europeos tuvieran un impacto en las Américas, destaca el estudio.
