Norelys Morales Aguilera.─ El escándalo en Brasil con Dilma es tan, pero tan grande, que ni siquiera los yanquis pueden disimular el asombro.
"Es surealista". Esto lo ha dicho el periodista ganador del premio Pulitzer Glenn Greenwald, que vive en Brasil, quien publicara la filtración del analista de la NSA de Estados Unidos, Edward Snowden, para The Guardian.
Democracy Now! lo entrevistó el pasado 10 de mayo, cuando puso énfasis en la fabricación neoliberal de la ruptura democrática, o sea golpe.
Pero, aquí vemos el video publicado y subtitulado en Facebook por la página La Batalla Cultural, que es muy claro.
Si Brasil no logra revertir este golpe, a los latinoamericanos y caribeños, todos y todas, se nos viene encima una fase de duras complicaciones.
Que no se olvide que la embajadora de Estados Unidos en Brasil fue muy activa en el golpe en Paraguay, a pesar de cualquier asombro en norteamérica por el asalto a la democracia.
Tampoco hay que subestimar las conexiones de los neoliberales brasileros con bancos, think tank y ONGs, que han trabajado a fondo en ese inmenso país de riquezas enormes.
La derecha ha sacado rápida y disciplinadamente sus lecciones en la región, y trabaja afanosa por el retorno al poder violando la democracia.
Toca a las fuerzas democráticas y de izquierda la organización y la retoma del poder, sabiendo que si no hay revolución auténtica de los pueblos, el capital hará de las suyas, aunque pisoteen la democracia que dicen defender.
Obsérvese que el monopolio mediático trata de imponer la matriz de opinión de que en Brasil, contra la presidenta electa, no hay golpe, sino un "ejercicio democrático".