Aidiana Martínez
El domingo 5 de Octubre (2014) se realizan las elecciones presidenciales en la República Federativa del Brasil, en las mismas se enfrentan la actual presidenta Dilma Rousseff representante del Partido de los Trabajadores, apoyada por el presidente Lula da Silva, Marina Silva representante del Partido Socialista Brasileño, ex militante del Partido de los Trabajadores, la cual surge a la palestra electoral luego del fallecimiento del candidato Eduardo Campos. Luego de escuchar las propuestas de los diferentes candidatos, puedo analizar las líneas de gobierno que tendría cada uno de los postulados al llegar a la presidencia.
Dilma Rousseff actual presidenta del Brasil y candidata del Partido de los Trabajadores, ha destacado los logros de su periodo de gobierno teniendo como principal avance el haber sacado de la pobreza a mas de 40 millones de ciudadanos, siguiendo la línea de su antecesor Lula da Silva, dando prioridad al ámbito social y humano. La FAO recientemente sacó a esta nación latinoamericana del denominado “Mapa Mundial del Hambre”, además de la inclusión de los desposeídos en programas educativos y de salud, su postura internacional va dirigida hacia la integración latinoamericana complementaria e incluyente, aboga por la consolidación del mundo multipolar y la promoción de las economías emergentes, cabe destacar que Brasil es miembros de los BRICS, además de ser el gigante del Mercosur y aliado por excelencia del gobierno venezolano.
Mariana Silva, la candidata más cercana según los sondeos a Dilma Rousseff, aboga por más inversión privada y menos control del Estado en las distintas áreas de las políticas públicas, además está a favor de una menor estatización de Petrobras, algunos la llaman la “Capriles Brasileña”, sus propuestas son de corte neoliberal, notándose esto de sobremanera en lo que sería su política internacional, la cual ha manifestado la necesidad de relanzar el dinamismo en el comercio con Estados Unidos y la Unión Europea.
Aunque Silva está apoyada por los monopolios de los medios privados de comunicación los cuales se han encargado de hacer una “guerra sucia” a la candidata Rousseff (cualquier parecido con la realidad venezolana es pura coincidencia), sus propuestas políticas son radicalmente neoliberales y echarían por la borda todos los avances políticos y sociales de Lula da Silva y Dilma Rousseff. Silva propone lo que ella llama una “nueva política”, quien busca gobernar con los “mejores” representantes de cada partido sin dar protagonismo a algún partido político. Este tipo de democracia representativa donde solo la elite estaría a cargo de las importantes decisiones no va a acorde con la democracia representativa que promueven los partidos de masas de la región, los cuales dan protagonismo al poder popular quedando atrás las líneas de cuadros partidistas que no gozaban de legitimidad alguna.
Otra polémica propuesta es la de otorgar plena independencia del Banco Central, la cual en el actual gobierno tiene autonomía operacional pero no es un poder independiente del Estado, además promueve reducir las líneas de acción de la banca pública, esto retrocedería los avances en la inversión en la agricultura, energía e infraestructura, además estarían en vilo los programas de viviendas financiados por estas entidades.
Yo apuesto a la inclusión social, a la integración latinoamericana humanista y a la consolidación del mundo multipolar de Dilma Rousseff, apoyar a Mariana Silva seria abrir el Mercosur hacia el norte retrocediendo a la década de los 90 cuando las políticas neoliberales y el Fondo Monetario Internacional eran los que dominaban a los pueblos y gobiernos de la región.
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