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Pascaline (Sara de Roo) es una cuarentona que lleva un restaurante y se propone decorar el local de forma romántica de cara al día de San Valentín. Lo último que ella se esperaba era que su amante de hace 20 años se le apareciera y le pidiera fugarse con él a Buenos Aires. Por otro lado, una treintañera aburrida de la vida le confiesa a su marido que tiene una amante; y la casi cincuentona Mia (Ruth Becquart) intenta suicidarse cuando un camarero le tira los tejos. Todas estas historias tragicómicas se mezclan en un 14 de febrero que pasará a la historia del surrealismo francés.
Calificación: 5,647.
Tráiler de la Película
Ficha
Título Original: Brasserie Romantiek.
Director: Joël Vanhoebrouck.
Guionistas: Jean-Claude Van Rijckeghem, Pat van Beirs.
Actores: Koen De Bouw, Filip Peeters, Wouter Hendrickx, Axel Daeseleire, Barbara Sarafian, Anemone Valcke, Mathijs Scheepers, Sara de Roo, Ruth Becquart, Tine Embrechts, Zoë Thielemans, Thomas Janssens, Brit Van Hoof, Lore Stuyck, Sarah Maria Luckx.
Productores: Dries Phlypo, Jean-Claude Van Rijckeghem.
Fotografía: Ruben Impens.
Música: Tuur Florizoone.
Montaje: Alain Dessauvage.
Diseño de Producción: Wilbert Van Dorp.
Diseño de Vestuario: Tine Verbeurgt.
País: Bélgica.
Lugares de Rodaje:
Fechas de Rodaje:
Año: 2012.
Duración: 102 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 7 años.
Género: Comedia, Drama, Romántica.
Estreno: 13-02-2015.
DVD (Venta):
Distribuidora: Surtsey Films, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 4.147.
Recaudación: 26.346,99 €.
Crítica
15-02-2015 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA
Amor a la carta
Con “Brasserie Romantic” estamos ante una afrancesada comedia belga, enmarcada en la cultura flamenca, centrada en los rifirrafes de toda una serie de parejas dispuestas a festejar el día de San Valentín en el restaurante a que hace alusión el título. Pero, hay un método sencillo para comprobar si una película es buena o no lo es, si tiene algo dentro o no lo tiene. Cuando uno se encuentra pensando en ella un día, dos días, tres días después de verla, cuando uno la recuerda a ráfagas inesperadas o se encuentra de pronto con una imagen del filme en la cabeza, es que esa película tiene algo más de lo que parecía a primera vista.
En cambio, si nada de todo ello sucede, es que el título que hemos visto es muy poquita cosa. Algo parecido ocurre ahora con “Brasserie Romantic”, puesto que apenas deja un buen sabor de boca. Pasa en cierto modo como con los promocionados templos de la gastronomía actuales, que a menudo te dejan el estómago tan vacío como la cartera. Y es que donde esté un exquisito bacalao al pil pil, un suculento cordero lechal, un casero caldo gallego o una sabrosa paella valenciana, la cocina de la abuela, en definitiva, que se quiten tantos inventos rimbombantes de la alta cocina.
Porque “Brasserie Romantic” se limita a presentarnos a hombres y mujeres empeñados en complicar al máximo sus dudosas relaciones afectivas, encarnadas por profesionales desconocidos por estos pagos, dispuestos a demostrar una vez más la fragilidad del sentimiento amoroso, marcado por la inseguridad, el engaño, los desajustes psicológicos o el oportunismo interesado. Y, si bien es cierto que esta inofensiva comedia a medio cocinar se sirve desprovista de la ampulosidad de otras películas de parecidas características -incluidas “Comer, beber, amar” (Ang Lee, 1994), “El chef enamorado” (Nana Dzhordzhadze, 1996) y “Vatel” (Roland Joffé, 2000)-, el resultado final deja bien a las claras que le falta un hervor.