- "La frialdad es porque incluso se lo cree. Ese mecanismo de defensa, de protección, para que no le aniquilen por lo que ha hecho, le lleva a creerse sus propias mentiras. Él niega porque se cree todo lo que está contando y, además, lo tiene que hacer desde un estado de frialdad emocional porque si conecta emocionalmente con los hechos se derrumba, está en un estado de guerra."
- José Luis López Atienza, psiquiatra
Cualquier muerte nos merma. La ausencia repentina de cualquier amigo o compañero de trabajo nos sume en la tristeza. Y si la muerte de un hijo por accidente o enfermedad difícilmente lo asumirás y te marcará de algún modo mientras vivas, matar a dos hijos para procurar el dolor de una madre que te ha solicitado el divorcio, es uno de tantos planos abyectos que nos brindan a menudo estos locos, cada vez más locos. "Esa frase de la maté porque era mía no es verdad" -reflexiona en un diario vasco el psiquiatra y psicoterapeuta José Luis López Atienza. "Es la maté porque si se iba, yo desaparecía. Los hijos no es que no sean nada, pero donde se juega la existencia emocional ese hombre es en la relación de pareja".
Nosotros, como meros espectadores de este drama, sólo vemos el hecho final: Un padre que da la mano a sus hijos de 2 y 6 años, la mano de la muerte, para sellar así una venganza que el mundo recordará por siempre.
Imagínense por un momento ustedes, solos, frente a la pira que reducirá a cenizas el cuerpo de la persona a la que mas quieres.
Claro que, éste, como tantos otros en una sociedad tan convulsionada, ni es persona, ni está cuerdo, ni quiere a nadie.
Y si como dice el especialista, incluso dio muerte a sus hijos para "no desaparecer si ella se iba", ahora deberá soportar todas las cargas a un tiempo. No sólo le ha dejado la mujer. Ha perdido a sus hijos. Lo ha perdido todo. Espero que también la libertad, y para siempre, porque no pagará con nada lo que ha hecho.