Revista América Latina

Breve análisis de lña situación económica, laboral y electoral en el Estado Bolívar.

Publicado el 29 abril 2012 por Jmartoranoster
Posted on 29 abril, 2012 by Carlos Colina Yánez El verdadero potencial económico y laboral en el Estado Bolívar  ha devenido de la actividad    minera, especialmente en cuanto al aspecto aurífero – diamantífero,   que en la práctica constituye la principal fuente de empleo para la población, estimándose que en el orden del 60% depende directa e indirectamente de la pequeña minería o minería artesanal. Además del oro y el diamante existen otros yacimientos importantes, algunos super explotados, como es el caso del hierro y de la bauxita y otros pertenecientes a la minería no metálica cuyas explotaciones no poseen altas repercusiones económicas y laborales, respectivamente. Las explotaciones de hierro y de bauxita con fines industriales generan empleos directos e indirectos que no logran satisfacer las exigencias del mercado laboral  y se estima que apenas alcanzan menos de un 20% del mercado. Las expectativas para los desarrollos aguas abajo y aguas arriba, no fueron cubiertas y hasta ahora se sigue pensando en ella más como una quimera que como proyectos en sí. La pequeña y mediana industria, a raíz de la privatización de Sidor, prácticamente desapareció. En la región se observan numerosos galpones instalados en las zonas industriales de Matanzas, 321, Los Pinos y Unare entre otros, convertidos en talleres mecánicos, ventas de repuestos y accesorios, etc, otros permanecen abandonados.  En este sector, la ocupación laboral es muy poca, no llega al 5%. El sector comercio es irregular y se caracteriza por bajos salarios. En cuanto a la producción agropecuaria en municipios como Piar, Roscio, Sifontes, Sucre y Cedeño, hay fincas ganaderas que en su mayoría mantienen pequeñas poblaciones de rebaños, tanto vacunos como caprinos, donde utilizan poco personal para las faenas y la producción es muy deficiente en cuanto a la creciente demanda poblacional. Por esa razón, la minería artesanal se convirtió en la principal fuente de trabajo, no así de empleo, donde miles de personas invaden las montañas en busca de oro o diamantes. Es una actividad altamente depredadora, por la forma irracional como se acomete, en la cual se ocasionan daños irreversibles a la biodiversidad y el producto final termina volatizándose. Las poblaciones mineras proceden de los Municipios Heres, Sucre y Cedeño, Piar, Angostura y todo el sur, hasta La Gran Sabana. La orfebrería que junto al calipso y el fútbol constituían el principal atractivo de estos pueblos del sur, especialmente de Guasipati y El Callao, también ha colapsado. El malestar creciente de estos pobladores repercute profundamente en el aspecto electoral, al extremo de que en la actualidad, de acuerdo a sondeos realizados, estos mineros ahora no quieren saber nada de Chávez, especialmente después de la aprobación de la nueva Ley que rige la materia y estamos en riesgo de perder el Estado Bolívar por completo, tanto a nivel regional como en las elecciones presidenciales. En ese sentido, urgen medidas del alto gobierno, para reorientar la realidad política regional mediante la aprobación de algunas reformas a la Ley de Minas que permita flexibilizar la actividad para esta población y garantice resultados favorables en octubre y diciembre próximos venideros. LA CRIMINALIDAD Este es el segundo aspecto que lacera el alma de quienes aquí residimos, es decir, la violencia criminal y la impunidad. Es terrible la ola criminal que vivimos en todo el Estado Bolívar, con énfasis en los municipios Heres y Caroni, donde el promedio de asesinatos se multiplica día tras día en forma alarmante, sembrando el terror a la ciudadanía en general, al extremo de que nadie se siente seguro, ni siquiera en el interior de su propia residencia, por cuanto han ocurrido casos donde los homicidas ingresan a los hogares para matar alevosamente, no solo a personas adultas, sino a niños, mujeres y hasta a personas de la tercera edad. Los jóvenes, constituyen las primeras víctimas. La delincuencia se desbordó en todo el Estado Bolívar. El miedo se apoderó de todo el mundo, en las urbanizaciones, las calles fueron cerradas, las residencias con cercos eléctricos y vigilantes privados sustituyen la presencia policial, para generar una sensación de seguridad que no existe. En consecuencia, se impone con toda urgencia la revisión profunda de los cuerpos de seguridad, de las fiscalías y los tribunales, e igualmente, de las alcaldías y la gobernación. Es urgente e inaplazable porque el tiempo conspira contra el proceso revolucionario fundamentalmente aquí, en el Estado Bolívar.-

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