Y es que la noticia saltó recientemente, el Banco Central Europeo había decidido bajar el tipo de interés legal del dinero hasta el 0%, es decir, grosso modo, que los bancos e instituciones que acudan al BCE para financiarse verán como, a partir de ahora, los préstamos recibidos de esta entidad supranacional europea se devolverán al cero por ciento de interés, que es lo mismo que decir que los préstamos del BCE serán gratis durante un cierto tiempo. Por otra parte, el mismo BCE ha anunciado que empezará a cobrar a las entidades e instituciones que atesoren depósitos en el BCE; eso implicará, por un lado, que los préstamos serán gratis y, por otro, que los depósitos, lejos de ser remunerados, pasarán a devengar gastos a favor de Banco central Europeo. Por hacer un símil, sería como si un particular debiera pagar al banco por el depósito a plazo fijo que mantiene con su entidad de toda la vida, mientras que no pagara interés alguno por su préstamo personal, el mundo al revés. Puede parecer una situación curiosa, hasta puede que haga sonreír a más de uno pero, créanme, no tiene mucho de gracioso si se tiene en cuenta la situación actual, en la que los tipos de interés tienden a cero (incluso el índice Euribor está en muchos de sus tramos en negativo).
Recuerdo que, siendo estudiante de la facultad de Empresariales de la URV en Reus, cuando nos explicaron el llamado modelo IS-LM, modelo económico teórico que pretende explicar el funcionamiento del mercado monetario y el efecto de las políticas monetarias en la macroeconomía, nos explicaron algunos de los supuestos teóricos ante comportamientos inusuales del valor de los tipos de interés, en concreto, cuando el tipo de interés era o tendía a cero. Este supuesto tiene un nombre y se llama la trampa de la liquidez. Véase el siguiente e interesante video del profesor Sala i Martín al respecto:
(Hace un tiempo ya escribí algo sobre este asunto, aquí dejo el link a mi artículo por si alguien desea ampliar información; tipos de interés negativos, la trampa de la liquidez).Es decir, como dice el profesor Sala i Martín, con esta medida el BCE realmente ha agotado las posibilidades de la Política Monetaria en lo que a tipos de interés se refiere, y a partir de ahora se deben hacer cosas alternativas:
- Comprar activos o deuda de grandes empresas, cosa anunciada junto a la rebaja de tipos hasta el cero.
- Hacer otro tipo de políticas expansivas y no monetarias, abandonar la austeridad, cosa que, de momento, no parece que vaya a anunciarse.
De hecho, una de las grandes dificultades de una situación de trampa de liquidez, aparte del hecho de que la política monetaria toque fondo, pues el tipo de interés no puede ser bajado más allá de cero, estriba también en el hecho de que una recuperación de los tipos de interés es, como mínimo, inviable a corto plazo. Me explico, la gran dificultad estriba en que los valores tan bajos de los tipos de interés hacen que cualquier hipotética subida de los tipos de interés sea proporcionalmente gigante en relación con el tipo de interés de partida. Para entender este hecho, veamos el siguiente ejemplo:
- Supongamos una Economía cuyo tipo del interés fuera del 10% y éste bajara un 1%, hasta un 9%. En este caso, la bajada sufrida en tanto por ciento sería del 10%, ya 1 es la décima parte de 10.
- Supongamos una Economía cuyo tipo de interés fuera del 0,1% y éste subiera un 1%, hasta un 1,1%. En este caso, la subida sufrida en tanto por ciento sería del 1000%. Y una subida así parece claro que no es razonable a corto plazo.
Por lo tanto, uno de los peligros de la situación de " trampa" actual es precisamente que esta situación perdure durante mucho tiempo. Otro de sus peligros es que, debido a la poca rentabilidad ofrecida por los depósitos y al abaratamiento del crédito, se tendirá con seguridad al atesoramiento de grandes sumas de dinero que quedarían " estancadas "; contra esta situación se dirige precisamente la política anunciada por el BCE, que no es otra que penalizar el atesoramiento de ingentes cantidades de dinero por parte de las entidades e instituciones con cuentas en el propio BCE. Por tanto, aquello que podía extrañar al principio tiene su razón clara, penalizar el atesoramiento para intentar luchar contra uno de los efectos de la situación actual de trampa de liquidez; aún así, echo en falta el anuncio del abandono de las políticas de austeridad, pues la situación actual lo requiere y ya hace demasiado que dura.
A veces pienso que si los Estados Unidos se lo hubieran pensado dos veces antes de dejar caer a Lehman Brothers en 2007 quizá hoy no viviríamos una situación así. O quizá sí, pues la burbuja inmobiliaria hubiera estallado antes o después, sólo era cuestión de tiempo. Lo cierto es que la situación actual es todo menos tranquila, pues se habla últimamente demasiado sobre una gran entidad bancaria alemana y su situación, cuyo tamaño y el efecto de su hipotética crisis empequeñecería el efecto de la caída de Lehman, en caso de que ésta entrara en cridis, aunque también creo que se cuidarían muy mucho de dejarla caer o perjudicarla en lo más mínimo, por el bien común. Por otro lado, se habla de una posible segunda reestructuración en ciernes de la Banca Europea, debido a las bajas rentabilidades que los tipos de interés actuales ofrecen y que obligará a otra ronda de fusiones, con el efecto colateral que ello conlleva; ya iremos viendo cómo evoluciona todo.
Por tanto, ya tenía razón aquél que dijo que todos los extremos son malos. Personalmente, deseo que esta situación actual de trampa de liquidez se pueda superar en relativamente poco tiempo, que se abandonen las políticas de austeridad y que podamos volver pronto a una situación más normal, en la que haya un tipo de interés real que permita la inversión y que ofrezca justas rentabilidades a los operadores del mercado monetario; habrá que ir observando el devenir de los acontecimientos, confiando en que poco a poco superemos la "trampa" actual.
Economista C.E.C. núm 13147.