Breve compendio de gestos para tus personajes

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En lo personal, soy capaz de dotar a mis personajes con un millón de gestos y manierismos… siempre y cuando fumen. Ya cuando son buenos y sanos, me cuesta un poco de trabajo llenar esos incómodos —pero necesarios— espacios en que los protagonistas se comportan como seres humanos y no como androides.

Y es que si queremos asemejar nuestras creaciones a la vida real y hacerlos creíbles, tienen que gesticular y hacer movimientos que, si bien no son necesarios para la trama, los visten de credibilidad ante los ojos del lector.

La importancia del lenguaje no verbal

Basta con mirar a dos personas conversando para notar que no se están quietos: los seres humanos mueven las manos, los pies, cargan el peso del cuerpo de un lado a otro, enfatizan las palabras con gestos y mueven muchos músculos faciales que no tienen que ver con la boca.

Incluso esta puede expresar sentimientos sin palabras, cuando hacemos un mohín de desprecio, sonreímos o apretamos los labios. El lenguaje no verbal, tan importante en la comunicación humana, corre el riesgo de perderse en la literatura si no lo describimos adecuadamente. Sin embargo, refuerza las acciones y le otorga un halo de realidad a los personajes si la empleamos de forma eficaz.

También a través del gesto podemos aplicar la máxima del “muéstralo, no lo digas”. Si describimos que un personaje se crispa, aprieta los puños y su cara comienza a ponerse roja, el lector capta de inmediato que está a punto de ser consumido por la ira. Si, por el contrario, se pone pálido y sus manos comienzan a temblar mientras sus pupilas se dilatan, se puede inferir que el miedo es la sensación que predomina en él.

Es difícil abarcar la infinidad de formas y frases que tenemos a nuestra disposición para describir los gestos involucrados en la comunicación no verbal. Solamente para que te sirva de inspiración, acá te dejo un listado de 180 de ellos, listos para que los incorpores a los personajes de tu narración.

180 gestos para tus personajes

abrió los brazos
abrió los puños
agarró el brazo de la silla
agitó las manos
ajustó las solapas de su chaqueta
alzó los puños en el aire
amasó su hombro
apartó la cara
aplaudió
apoyó la barbilla en la mano
apoyó la barbilla en la palma de la mano
apoyó las manos sobre la mesa
apoyó las palmas de las manos sobre la mesa
apoyó una mano en su cadera
apretó los puños
arrastró sus pies
asintió
asintió con la cabeza
avanzó
bajó la cabeza
balanceó su pierna
bostezó
cerró los puños
chasqueó los dedos
contuvo la respiración
cruzo las piernas
cruzó los brazos sobre el pecho
cruzó los tobillos frente a
cuadró los hombros
dejó escapar un suspiro áspero
descruzó las piernas
dio la vuelta
dobló sus manos en su regazo
caminó
me saludó
Señaló
enganchó sus pies alrededor de las patas de la silla
enterró sus manos en su cabello
envolvió sus brazos alrededor de sí mismo
envolvió un rizo alrededor de su dedo
estaba respirando con dificultad
estiró las piernas frente a
exhaló
extendió los brazos
extendió su dedo medio hacia
extendió sus manos
extendió una mano
gesticuló
golpeó su mano en la mesa
golpeó su pie
golpeó su puño en la mesa
hizo un gesto con el pulgar
hizo un gesto desdeñoso con la mano
inclinó la cabeza
infló su pecho
inspeccionó sus uñas
levantó el hombro en un medio encogimiento de hombros
levantó la barbilla
levantó las manos

levantó sus palmas
levantó un dedo
jadeó
jugaba con su cabello
jugaba con su celular
jugó con un mechón de cabello
jugueteó con su arete/pulsera
juntó sus manos detrás de su espalda
ladeó la cabeza
le dio el dedo
le dio el visto bueno
le puso una mano en la boca
le tendió la mano
levantó una mano a modo de saludo
masticó una cutícula
metió las manos en los bolsillos delanteros
miró hacia otro lado
palmeó la cara
pisoteó su pie
presionó sus dedos en sus labios
presionó sus manos en sus mejillas
presionó una mano en su garganta
puso los pies sobre el escritorio
puso sus manos detrás de su cabeza
puso sus manos en sus caderas
puso sus manos sobre la mesa, con las palmas hacia arriba
resopló
respiró hondo
retorció su cabello
rió
sacó su pecho
sacudió la cabeza
sacudió su cabeza en dirección a…
sacudió su pie
saltaba arriba y abajo
saltó
saltó a sus pies
se abrazó a sí misma
se acarició la barba
se acercó
se acercó más
se acurrucó en la esquina
se agachó
se agarró el pecho
se ajustó la corbata
se alejó
se alisó la falda
se apartó el pelo de la cara
se apoyó contra la pared
se cruzó de brazos
se cubrió la boca con la mano
se cubrió los ojos con una mano
se deshizo la cola de caballo y sacudió su cabello
se dio la vuelta
se encogió
se encogió de hombros
se encogió de…
se encorvó
se enderezó
se estiro
se estremeció
se frotó el hombro
se frotó la barbilla
se frotó la frente

se frotó las manos
se frotó las manos en los muslos
se frotó las sienes
se frotó los ojos
se golpeó la frente
se inclinó más cerca
se inquietó
se levantó de su asiento
se llevó el dedo a los labios
se marchitó
se masajeó la nuca
se mecía de un lado a otro
se metió las manos en los bolsillos
se metió un mechón de pelo detrás de la oreja
se mordió una uña
se movió de un pie al otro
se paró
se pasó la mano por el pelo
se pasó los dedos por el pelo
se pasó una mano por el pelo
se pellizcó el puente de la nariz
se pellizcó las uñas
se puso rígido
se quedó flácido
se quitó una pelusa de la manga
se rascó la cabeza
se rascó la nariz
se recostó en su silla
se relajo
se rió
se rozó las palmas de las manos
se sacudió
se sacudió en posición vertical
se tambaleó sobre sus pies
se tapó la nariz
se tensó
señaló con el pulgar hacia…
soltó una carcajada
soltó una risa amarga
soltó una risa sin alegría
su cuerpo tembló
su pecho subía y bajaba con respiraciones rápidas
sus brazos permanecieron a sus costados
sus hombros se hundieron
sus manos se apretaron en puños
sus respiraciones se aceleraron
suspiró
tamborileó con los dedos sobre la mesa
tembló
tensó los hombros
tiró de su lóbulo de la oreja
tiró del cuello de su camisa
tiró del puño de su camisa
tiró su cabello
tomó un fuerte respiro
tomó una respiración profunda
torció el anillo de bodas en su dedo

Espero que estos consejos te sean útiles. Pero recuerda: no tienes que recorrer el camino del escritor tú solo. Puedes contactarme si deseas ayuda con tu obra.