La historia de la insulina es una historia
exitosa, ya que con su descubrimiento y comercialiazación millones de personas
han podido llevar una vida normal o casi normal. Antes de su descubrimiento, el
diagnóstico de diabetes, sobre todo de diabetes tipo 1, era una segura
sentencia de muerte.
La insulina fue descubierta por
investigadores de la Universidad de Toronto, Canadá, en 1921. El extracto de
páncreas de un perro inyectado en otro perro diabético logró disminuir la
concentración de glucosa en la sangre.
En 1922 se usó por primera vez en un
humano, un adolescente gravemente enfermo y emaciado a consecuencia de la
diabetes tipo 1. Se le administraron 15 cc (7.5 cc en cada glúteo) de extracto
pancreático de res, con lo que se logró bajar la glicemia de 440 a 320 mg/dl.
Eventualmente pudo sobrevivir unos cuantos años. Por su trabajo, el doctor
Banting recibió el Premio Nóbel de Medicina.
Con el tiempo la insulina se fue
purificando. Para 1923 ya estaba disponible comercialmente y para 1930 se logró
añadirle sustancias que hacían que su efecto durara más tiempo, con lo que se
evitaba tenerse que inyectar varias veces al día.
Durante mucho tiempo se usaron las
insulinas de res y de cerdo, por ser las que más se parecen a la humana. Pero
muchas personas presentaban alergias y otras manifestaciones inmunológicas. Si
embargo, hasta hoy día muchas personas las usan sin ningún problema.
Luego se usó insulina humana extraída del
páncreas de cadáveres, con muy buenos resultados. Pero los cadáveres
disponibles eran muy limitados y el precio de la insulina, muy elevado.
A fines de la década de 1970, los
investigadores lograron introducir el gen de la insulina humana en bacterias,
haciéndolas producir insulina químicamente idéntica a la humana. Se conoce como
insulina por recombinación del ADN.
Hoy día, casi toda la insulina producida es
humana por recombinación del ADN. En un futuro cercano toda la insulina será
humana, ya que es de mejor calidad, la capacidad de producción es ilimitada y
su precio asequible.
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2013 Juan Luis Fernández