De ordinario, quien escribe suele tener un tipo de letra preferido para hacerlo. Y los diarios, revistas y libros cuidan mucho su tipografía, y la renuevan al menos cada cierto tiempo. Algo semejante pasa con los titulares en los telediarios o los títulos de crédito en las películas.
Y la razón de las elecciones y creaciones tipográficas no es siempre ni básicamente utilitaria. Hay también de ordinario una fuerte componente estética.
El diseñador Ben Barrett-Forrest ha hecho una breve historia en stop-motion de los tipos, que ofrece The Atlantic, junto a una entrevista a Barret-Forrest: