Son las 20: 37. Sales del trabajo. Deberías haber salido a las 19 y no te pagan horas extras. Entras en la boca de metro de Sol. El andén revienta de gente. Escuchas a alguien comentar que hay problemas en la línea. El cartel que indica el tiempo entre trenes no indica nada. Esperas más de diez minutos. Cuando el metro llega te ves obligada a entablar una intensa lucha cuerpo a cuerpo para poder subir. Always look on the bright side of life, cantas para tus adentros. Luego de ocho estaciones llegas a la tuya. «¡Qué día!», piensas. Tu jefe te tiene hartapodridasaturada y las quejas de los clientes te llegan hasta-la-punta-de-la-coronilla-y-más-arriba-también. Always look on the bright side of life. Por lo menos tienes trabajo, que para los tiempos que corren no es poca cosa. Sales del metro en La Elipa. Sabes que tu nevera está habitada por medio limón, dos yogures caducados y un frasco de dulce de leche; o compras algo o cenas yogur caducado al limón con aliño de dulce de leche. Hay otra posibilidad: puedes cenar pienso de Ernesto acompañado de yogur caducado y de postre dulce de leche con limón. «No me apetece ni lo uno ni lo otro», concluyes. Entras en la verdulería. Como siempre te atiende Abdul, un amable bangladesí. Compras más de lo que puedes cargar y mientras lo haces piensas en Abdul; a la hora que sea (incluso medianoche) cualquier día de la semana (y con esto te refieres a sábados, domingos y festivos), él está en la verdulería trabajando. Piensas en lo difícil que tiene que resultarle a Abdul nuestro idioma, sabes que sus hijos y esposa están en Bangladesh y que duerme al fondo del local. Al llegar a tu casa Ernesto te recibe. Rascas la cabeza de tu gato y le sirves su cena: pienso. Guardas frutas y verduras en la nevera. Miras la hora para ver si todavía puedes ir al supermercado: casi las 22. El supermercado ya cerró. Y bueno, cenarás una ensalada. Sientes que el que está por concluir fue un día para tirar a la basura, no pasó nada ni interesante, ni productivo, fue un día más de vida vivida, o lo que es lo mismo, un día menos de vida por vivir. «Yo no quiero que la vida me pase; yo quiero pasar por la vida», gritas. Tus pensamientos se están oscureciendo, y tú no quieres ir por ese camino. Preparas la ensalada, pones una película, te sientas en el sofá, aprietas Play. Y te ríes, te ríes a carcajadas, te ríes con ganas y con lágrimas, te ríes sin esfuerzo, y entonces sientes que algo bueno sí pasó en tu vida hoy, porque, para los tiempos que corren, reírte no es poca cosa. If life seems jolly rotten, there's something you've forgotten, and that's to laugh and smile and dance and sing*.
* Si la vida parece estar muy podrida, hay algo que has olvidado, y eso es reír, sonreír, bailar y cantar.